jueves, 2 de octubre de 2014

Rúmbale con tus pinches palabras

A veces las busco, a veces me llegan, a veces se me atraviesan sin mirar en una plática. Son las palabras nuevas para mí que no hacen sino ponerme a pensar en las nuevas generaciones y su necesidad de expresarse. También me hacen pensar en que cada región tiene su propio vocabulario, un idioma que forma parte de la manera en que se comportan.

Hay unas palabras nuevas que me parecen tan mamonas que no las pienso usar nunca, otras no sabría darles ese uso nuevo para mí ("está bien volado"). También se da el caso de que ya tengo una expresión muy mía para decir lo mismo ("te la bañas" en lugar del enclenque "te pasas" o "te pasas de lanza", que será muy lanza pero sin nada de fuerza, o la otra expresión "estuvo bien rebane" en lugar de la súper versátil palabra "cura", muy usada por los naturales de la región.

De los anglicismos mejor no digo mucho, sólo me pregunto: ¿es absolutamente ineludible la influencia como para decir "aseguranza" en lugar de seguro, o nuestra instrucción escolar, aquella por la que pasamos 12 ó15 años de nuestras vidas es un fracaso que da vergūenza?

Hay palabras que a veces uso porque son de otra época y porque me gusta recordar a mi abuelita cuando iba al tendajo, por eso yo también a veces salgo al tendajo por unas cosas para la casa.

Me gustan también las nuevas palabras que tienen fuerza y sonido, junto con ese relieve, esa plasticidad de lo que expresan ("cochar" -coshar-, por ejemplo). A veces las busco, a veces me llegan solas, a veces me las comparten, pero siempre las miro por detrás y por delante por si un día las ocupo, perdón, las necesito.

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