lunes, 17 de febrero de 2020

En favor de la discriminación






Discriminar a las personas en razón de color de piel, orientación sexual, nivel económico, creencias religiosas, etc. además de pendejo, me parece algo vulgar, digno de personas que no son capaces de discernir entre lo valioso y lo mierda de algunos seres humanos.

Por eso yo no discrimino a lo pendejo, sino tengo la paciencia de discriminar de forma individual, por criterios más depurados. 

Por ejemplo, a personas que son nocivas, biodesagradables, que hacen un conflicto regional interurbano por una telaraña que se les hizo bola dentro de su cabeza y no se han dado cuenta, a pesar del mierdero emocional que han vomitado.

Discrimino a personas que ejercen la violencia simbólica, física, sicológica, familiar. Discrimino a personas que, en lugar de tener gustos sencillos y mente compleja, tienen gustos pendejos y mente simple, mente que no entiende de bondad si acaso no gira en torno a su ego.

Mi forma de discriminar es de una técnica depurada con los años. Viene de la soberanía que me nace por darle a cada a quien lo que se merece.

jueves, 13 de febrero de 2020

Conflicto




Es muy probable que el conflicto, en sus diferentes formas, sea parte inherente de la vida. Sin embargo, me parece por demás interesante revisar la forma en que cada uno nos vinculamos con él. Noto que el conflicto despierta interés, de él están hechas las noticias, la literatura, las pláticas informales, la noticias sobre las relaciones de terceros. Entiendo que hay un interés empático, humano, sensible o solidario cuando vemos a una persona inmersa en un conflicto. A veces quisiéramos ayudar, y a veces sólo opinamos y sacamos nuestras conclusiones. 

Pero sucede también que hay una línea, que a veces no podemos distinguir, entre empatizar, ayudar a resolver, y otra, embetunarnos hasta los codos, por semanas, meses o años. A veces traemos clavada a una persona por mucho mucho tiempo. Le damos muchas vueltas, que no son recorridos fríos, sino cargados de emociones. Y las repasamos mil veces. 

A veces no somos conscientes siquiera de que hay un conflicto atravesado. Pienso que es importante revisar nuestra relación con los conflictos. Y pues ninguno de ellos paga por estar dándoles tantas vueltas.