lunes, 27 de diciembre de 2021

Primera tesis del mundo cultural

Un creador es capaz de pagar por ser leído, escuchado, visto. Esto en sí mismo no es malo ni bueno. Si hay talento y calidad, pagar puede acelerar que llegue más pronto a un mayor número de gente que recibirá dicha propuesta como de gran valor. Incluso lo agradecerá.

El punto es que a veces hace falta trabajar sobre ese talento y, por su parte, el ego apresura la necesidad de reconocimiento. 

La gran hazaña continuada es el equilibrio entre ambos.

Dicho sea de paso, en todo esto hay lana de por medio. Desde o hacia el artista.






domingo, 26 de diciembre de 2021

¿Sujeción social de las mujeres?

Una de las grandes ventajas y al mismo tiempo una de las más duras condenas que cargan socialmente las mujeres es su marcada tendencia —para bien y para mal— a hacer lo que se espera de ellas.

De igual modo, tienden a evitar los comportamientos —al menos públicamente— que no se esperan de ellas. Hablo en promedio, pues con seguridad entre las amables lectoras podrán levantar la mano más de tres contraejemplos individuales


Desconozco la razón de esto, pero acepto pistas.




lunes, 1 de noviembre de 2021

La otra cara de la moneda

He llegado a un punto de mi vida, que ya no es tanto con quién has cogido, sino con quién, habiendo tenido la oportunidad, por fortuna nunca cogiste. Ni cogerás, como dijo don Teofilito. 

Siento alivio. 

Me he librado de problemas y dificultades.  

El componente sexual arrastra consecuencias a lo largo del tiempo. Especialmente cuando sigo viendo a las mismas personas. 



sábado, 14 de agosto de 2021

El arte de conversar

 



He tenido pláticas con mucha gente, es algo que disfruto mucho. Me refiero al intercambio de ideas, experiencias, anécdotas llenas de humor de todos los colores, exposición de temas variados. 

Obviamente no siempre hay química y cada persona tenemos un ritmo y un criterio distinto para establecer a qué velocidad y hasta dónde y qué confiar a otro, dependiendo de muchos factores que ahora no vienen al caso.

Hay pláticas muy estimulantes y escasas, otras agradables, que son operativas y cotidianas, otras meramente sociales. Las que más me gustan a mí son aquellas en donde se intercambian ideas y opiniones que requieren de un poquito más de razonamiento, de poquita más de reflexión, de esa dosis del sello individual de cada uno, aquellas que se alejan de las fórmulas, los clichés (aborrezco los clichés sociales y me encantan los clichés individuales).

Tener una plática con otra persona, que mayormente es con alguien con quien se tiene al menos algo de confianza cuando no una amistad ya en forma, suele tener un patrón descendente. Es decir, se comienza con las convenciones de rigor (aunque hay vínculos muy chidos que usan sus propios códigos) y poco a poco se desciende, como si las dos personas bajaran lentamente hacia un sótano

Me gusta imaginar la escena al estilo de una biblioteca medieval como la de El nombre de la rosa y, que a la luz de las velas (la vaga luz del entendimiento) se pase de un nivel a otro de mayor profundidad (intimidad). En esa burbuja dos personas piensan hablando y construyen una conversación, pero también al menos uno, le entrega algo al otro. 

Hay un momento en el que se comunica, se menciona, un punto crucial, un sitio que yo llamo núcleo que no necesariamente es una declaración trascendental: puede ser un chisme, una preocupación, una decisión, pueden ser varias cosas; el punto es que para llegar a ese sitio, ese descenso no debe ser interrumpido, el acompañamiento debe ser más o menos sintonizado entre ambas partes y debe haber disposición a escuchar.  

Muchos tenemos algo disponible para comunicar, seguramente con la persona o las personas indicadas exclusivamente. No estoy pensando en qué tipo de vínculo hay para que esa plática se dé, estoy pensando en que la plática puede ser un arte en donde dos mentes que se respetan mutuamente, se saludan intercambiándose sus impresiones sobre el mundo.



martes, 10 de agosto de 2021

El nombre no es el problema, pero ¿cómo se llama...

 




¿Cómo se le llama la característica que tiene aquella persona destacada en su área académica, laboral o profesional, pero que elige por pareja a una persona conflictiva, en reparación o francamente dañina?¿Cómo se le llama? Es contrastante y triste esa cualidad. Además que alimenta bastante el chisme.

miércoles, 21 de julio de 2021

Combo de la paz

 


Algunos de mis compas son duchos en proveerse de compañía. En silencio, me emociona escucharlos y les celebro sus andanzas. Me da gusto por ellos. Su placer se describe igual que un descubrimiento gastronómico. 

    Hace 20 años un amigo me dijo que luego de pasar la noche con una chica salida de un téibol, por la mañana le daban ganas de meterse debajo de la cama. O de meterla a ella. O de irse de inmediato. El amor, pienso, es lo que queda después del orgasmo. Pero además, satisfecho el sexo, darían ganas de desaparecer, por una sensación de enorme hastío, soledad y sinsentido. Esto me lo haría saber otro compa y yo creo que es cierto. Aunque cada varón tiene serias variantes —y apunto yo, versiones—en su sistema operativo.

    El sexo me gusta más que otros tres lugares comunes que proveen de placer al cuerpo. El sexo es un tema complejo y muchas veces problemático, por ser una especie de material radioactivo, evanescente y huidizo y en relación, no siempre evidente, con otros ámbitos de nuestra historia, deseos y miedos. En otro momento quisiera profundizar en esto pero no ahora. Volviendo al tema, sí, me gusta, especialmente la intimidad sexual. 

Ahora bien, como escucho a otros, observo, reflexiono un poquito y tengo algunos años conociendo y  conociéndome, el mejor sexo no es sólo el que se tiene con hambre (sí, sí, al amor también podemos llamarle el viagra natural), sino al que le permite a uno permanecer en completa paz en relación con los hechos consumados, sin ningún pendiente ni apuro, sin ningún temor, culpa, incomodidad o preocupación.

Pondré un ejemplo más gráfico, el mejor sexo es aquel tras el cual, puedes mantener a la mañana siguiente una plática interesante y tranquila, digamos que acompañada de un café. Estoy obviando el tipo de pareja y el tipo de relación de la que tendría que tratarse, pero ustedes sabrán entender el no dicho. 

    Porque la paz dura más que el sexo y es más valiosa. 

    Y a mí me gusta el combo completo.
 

jueves, 17 de junio de 2021

Paradoja de quien ofrece naranjas

 


¿Verdad que una persona que ofrece primordialmente naranjas, no debería quejarse por el solo hecho de ser buscada únicamente por quien busca naranjas?

miércoles, 19 de mayo de 2021

El alto costo de ser atractiva

 



La sobreexposición que de su cuerpo hacen jovencitas, con bailes hipersexuados en redes sociales como TikTok es, en nuestra sociedad masculinizada, jugar con fuego. 

No se me mal entienda: defiendo la libertad individual de ser y comportarse cada quien como mejor le plazca; no soy amigo de la censura. Los límites serían las leyes y no chingar gente. Sí promuevo madurar criterios, es decir, ser críticos con los para qué y los cómo. Y eso se alienta principalmente con información de calidad, educación, etcétera.   

Como no tengo más religión que el agnosticismo, que ni es religión pero me gustan las pruebas del ácido para bajar el balón de las hipocresías. Como no tengo un Dios a quién temer ni una iglesia en dónde reclinarme, y porque sé que la maldad existe y los instintos son corrientes radioactivas en la sangre, por esas razones creo de alto riesgo que un sector de la población, vulnerables como las jóvenes entre 14 y 24 años, se expongan con el objetivo de ¿gustar?¿sentirse deseadas?¿erguirse por encima de otras menos agraciadas?¿obtener atención o favores?

A menos que la salida sea el sugarato, que es una forma de prostitución cuyos genes enraízan en el estilo de vida, el comercio informal y la microempresa, —en el sugarato como en muchas relaciones hetero, a la mujer se le ve como un recurso— a menos que ese sea la intención, lo que me parece legítimo siempre que no haya coerción ni violencia, las chicas contribuyen a objetalizar la imagen de la mujer, como si su compañía física, su cuerpo, sea la parte más valiosa de su aportación al mundo, es decir, un recurso

No me escandalizo, ellas muestran lo que tienen para obtener lo que no tienen (los varones también hacen un poco alarde de lo que tienen para acceder, como en el caso de las tribus de primates, a las hembras más deseadas del grupo). No me escandalizo, lo que digo es que eso tiene consecuencias indeseables.

Tiene consecuencias, por ejemplo, que a una mujer que se ha ubicado socialmente gracias a esa faceta por su belleza, se le deseche cuando ya no cumple con esos cánones. No es de sorprender. Más bien es algo parecido con lo que sucede con los boxeadores o futbolistas, que por un pocos años pueden ganar millones y luego solo el recuerdo queda; la diferencia es que ellos ya saben que su vida útil es limitada, y no van a argumentar que son guapos, inteligentes o talentosos si lo cierto es que ya no rinden para lo que antes se les pagaba.

Recientemente la actriz Charlize Theron se mostró extrañada y molesta porque en Hollywood se le invitó a participar en la película Wonder Woman. Su indignación vino cuando le aclararon que no le estaban ofreciendo el papel de la protagonista, sino para que interpretara el papel de la mamá de Wonder Woman

“Este es un gran ejemplo de cómo Hollywood te da una bofetada en la cara cuando empiezas a cumplir años. Alguien se me acercó y me dijo, ‘Oh, hay mucha acción en esta película, Wonder Woman. Queremos que seas consciente de esto.

"(...) Yo les contesté que no estaba muy familiarizada con el personaje… ‘¿Qué hace Wonder Woman?’ Y ahí fue cuando me contestaron: ‘No, es para hacer de madre de Wonder Woman’”. (Aquí la entrevista).  

 Normalizar la hipersexualización (un acto de libertad) está en la puerta de entrada de, ya sea ponerle precio a un cuerpo o bien de alentar comportamientos escindidos, como alimentar el deseo pero castigar la satisfacción de ese deseo (esto da para otra discusión, lo sé, lo sabemos).

Hace años un compa me contaba que en el desaparecido La Fe Music Hall (centro de espectáculos para conciertos y bailes) decenas de policías vigilaban a la raza porque al calor de la música, el ambiente y las chelas, la bronca era inminente, muchos asistentes eran de la clase trabajadora. 

El punto es que cuando ya empezaban los manazos, los empujones, los conatos de bronca, comenzaba el levantadero de gente para las celdas municipales y ya saben: multas. Sin embargo, la venta de cerveza no se detenía. ¿Se capta? Se le echa más fuego al instinto, pero se persigue a quienes se calientan con el incendio. 

El tema del machismo y las masculinidades lo dejamos para otro texto que, lo hago patente aquí, sí viene al caso. 

No a la violencia de género.

#capitalismo



 

jueves, 6 de mayo de 2021

Mujeriegos infieles no es pleonasmo

 


Con frecuencia me entero de casos en los que un hombre es infiel o lo fue o lo ha estado siendo, lo pescaron y por lo general hay al menos una damnificada.

Puede tratarse de un conocido, de una estrella de cine o de un cantante. La lectura que percibo en el ambiente acerca de estos hechos se traduciría en "qué mal, este cuate, lo pescaron y le fue mal". O bien: "Lo entiendo, no se pudo contener, las tentaciones estuvieron muy fuertes y cayó, qué mala onda". 

También hay una velada admiración por estos sujetos debido a su estatus económico o en general de celebridad. A muchísimas mujeres (ojo, dije muchas; mis tres lectoras ¡nunca!) les atrae ese estatus porque en su cerebro lo leen como "seguridad", "certidumbre", "certeza". Eso no es criticable en sí mismo, sólo que es muy arriesgado colocar la seguridad más en el estatus del susodicho que en la ética con la que se conduce. Un varón con prestigio y al menos algo de poder necesita muy poquito machismo para pisotear un acuerdo al que llegó con una mujer que es su pareja. A algunas les sale bien, a otras les va mal en ese juego del patrocinio a cambio de compañía. Lo mejor es no ser ingenuo, hablar claro y abrir bien los ojos (pero esa es otra historia).

No voy a justificar ni mucho menos a aprobar la infidelidad de ningún sujeto, tampoco la de ninguna morra. 

Cuando un bato con pareja tiene relaciones con otra o con otras, y sus andanzas se hacen públicas, parte de la atención se centra en quién o quiénes eran esas otras (¿jóvenes, bonitas, famosas, con un gran atractivo físico?). 

Hay factores biológicos para que las mujeres procuren, para una relación de largo plazo, como compañero de vida a un ser confiable. Esto se explica porque en el largo y lento transcurso de la evolución son ellas quienes conciben, cargan el embarazo, paren, alimentan, cuidan sumadas a otras trescientas tareas más en por los menos los siguientes 12 o 15 años en los que ella debe saber en dónde, con quién y qué está haciendo su hija o hijo menor. 

Todo esto ha contribuido para que ellas observen varios aspectos para que consideren que el pelado es de fiar (Alerta de manazo: muchas se fijan de manera muy exigente, se toman un tiempo largo, y luego de tanto pedo resulta que la cagan bien feo, porque eligen a malandros, a candidatos a formar parte del crimen organizado y de ahí para arriba; pura fichita y lástima de morras bien valiosas. Pero esa es oootra historia).

Decía que las mujeres se fijan más porque tienen más que perder. Un óvulo es mucho más caro que un espermatozoide. Después, la marca evolutiva hizo que el perfil de los candidatos se fueran afinando. Las morras más sensatas, las de mayor inteligencia emocional que son un montón, son buenas para obtener una radiografía ética del candidato, del posible galán (sepa éste o no que está siendo evaluado). 

Mi punto es el siguiente: A las morras realmente les importa poco la trayectoria, el currículo del pelado en su vida pasada en cuanto a carreras producidas, hits, jonrones, bases robadas, en su historial ginecoamoroso. No les importa a menos que pueda ser un foco de alerta para la eventual, inminente vida amorosa presente. Los medios y muchos varones cuentan como logro si el fulano tuvo que ver cuántas y qué tan atractivas. En el mercado relacional no todas las mujeres (no todas aspiran a eso) tienen la hermosa fortuna de que les pidan matrimonio con toda la parafernalia romántica etcétera. ¿Es fácil de entender eso, verdad? Exactamente del mismo modo, no todos los varones tienen la exquisita fortuna de que una mujer muy hermosa acceda (o más aún: busque) a tener un encuentro íntimo, horizontal y apasionado. Sí, eso es parte del ego y es otra historia que luego quiero tocar, pero hago la comparación para que se entienda que en el mercado del emparejamiento no todas, no corren con la misma suerte, sea lo que valore cada uno. 

*

En el tema de esto de andar circulando y la infidelidad, lo que realmente importa es hasta dónde un tipo ha madurado, se ha conocido y sabe qué le gusta y qué necesita para experimentar una vida de crecimiento y gozo.

Ser mujeriego no significa ser infiel. Se puede serlo sin hacer daño, simplemente sin engaño, es decir, no estableciendo una relación monógama para que después no se cumpla con el acuerdo. Ese es el punto de todo esto: el engaño, no la cantidad y aspecto de las mujeres que están dispuestas a tener algo íntimo con uno. 

Defiendo el goce, el placer. Y éste puede darse con una pareja únicamente o bien con varias. Pero si uno elige un camino, después tiene que ser consecuente con ello. Y ese es un trabajo personal y solitario.


miércoles, 5 de mayo de 2021

El valor de elegir a las personas

 



Con el mismo ímpetu que tuvo el millonario que nació pobre y que rechazó siempre la carencia material; con la misma entrega de la persona que cuida de manera fluida su alimentación, su actividad física y su descanso porque un día se salvó de morir de cáncer; con esa misma conciencia me tomo en serio alejarme de las personas que son nocivas, que supuran veneno tras su apariencia amistosa y, por otro lado, trabajo en acercarme, en mantener el vínculo con las personas valiosas, mis amigos pues cumplen con eso, pero tengo conocidos que es un enorme placer tratar. Son confiables, honestos, tiran buena vibra, trabajan en lo que les gusta y se les nota y tienen varias más cualidades que yo les admiro mucho. 

Hablarle muy bien a todos pero elegir con quién caminar tramos del camino debería ser una materia que se aprendiera en primaria. Es educación básica. Yo me tardé mucho tiempo y desearía que todos lo aprendieran pronto (¡vayan a terapia si lo requieren!). 

También me ha pasado que he tenido que tomar decisiones difíciles, alejarme de personas de las que no deseaba separarme pero que (tengo muchos años de experiencia en este sector de la cancha) aunque las cosas no iban mal, yo alcanzaba a ver lo que se venía tres kilómetros adelante, pues llevaba la fórmula idónea para que yo perdiera mi tranquilidad, y decidí no perderla. 

En otras ocasiones se alejaron de mí por diversas razones, pero no porque yo quisiera. Pero bueno, si no hay química, interés mutuo, las cosas no funcionan.

Pero sí, elegir con quién caminar, con quien relacionarse, es de elecciones más importantes y sanas pero de las que muy poco se habla.


martes, 27 de abril de 2021

Todos te quieren coger




El tema de la interacción entre mujeres y varones tiene dos sectores problemáticos distintos. 

Uno es el del abuso, que se ha extendido hasta asesinatos de mujeres a manos de hombres que están en su entorno. A esto se le ha llamado feminicidio y es un delito muy grave. También existe la violencia de parte de mujeres hacia varones pero esa o es mucho menor y menos grave, o aún no es tan visible. 

El otro es el de la selección de pareja sexual o amorosa (debo decir sexual y amorosa, para apegarme más a muchos usos y costumbres).

En este texto abordaré sólo el segundo, el de la selección. 

Todos te quieren coger

Hablaré con argumentos biologicistas. No porque sean los únicos. Sí pesan mucho, pero cada quién elija del buffet lo que más le agrade. Los elijo porque muchas veces son ignorados y me parece que explican de un modo válido, como no lo había visto antes. La premisa sería: También somos naturaleza.

Todos los varones ven a cierta cantidad de mujeres únicamente como posibles y deseables parejas sexuales. No le harán ninguna propuesta no por falta de ganas, sino porque son educados, cívicos, se puede decir que hasta inteligentes. Si tuviera a mi cargo una menor, una hija, pongamos por caso, le diría llanamente: todos te quieren coger, pero no tengas miedo. La lumbre no quema si conoces cómo funciona. Nomás te informo que existe.

El cerebro humano está especializado en sobrevivir (no en ser feliz, las buenas buenas prácticas son adquiridas). El cerebro masculino está equipadísimo para detectar a mujeres en edad reproductiva. Se puede decir de esta manera o al revés. Las mujeres en edad reproductiva tienen en promedio un atractivo físico, a ojos masculinos, muy superior que en otras etapas de su vida, y este aspecto está vivo y vibrante, como las microondas del horno. Este mecanismo, el del atractivo, ha servido para la conservación de la especie y aún funciona como un imán para que, en teoría, los genes del par más sano, pervivan en las siguientes generaciones.

Pero como una pirámide, los varones con mayor estatus (los que poseen los atributos más apreciados por el grupo) tienen acceso a las más atractivas, es decir, a las más disputadas. Y éstas discriminan entre diversas solicitudes del mercado relacional. Así que si tú eres varón y muy seguido te batean, es porque en este momento de tu vida (es bueno señalar que esto puede ser temporal) tus genes aparecen como atractivos para un nicho de mercado (pero tu desempeño puede resultar atractivo para otro grupo, el pedo es encontrar tu nicho, compa).

Volviendo al tema principal, he notado que las mujeres suelen ser más selectivas para las relaciones, en especial las del largo plazo. Curiosamente existe un halo de discreción en torno a las relaciones de paso. Nuestra cultura, en especial en ciertas regiones de México que son más conservadoras, para ellas la relación sentimental, el vínculo emocional es el tema principal y dentro, posiblemente una relación sexual, pero que queda plenamente justificada. En otras palabras, el ejercicio de la sexualidad es un asunto que corresponde a la intimidad. Y eso mucho más acentuado en las mujeres que en los varones.

*

Sin importar de dónde son ni quiénes sean ellas, cada hombre lleva una lista de mujeres a quien desea sexualmente y solamente eso, no amistad, no aprecio, no vínculo, sólo sexo. Saber que esto es así nos ahorraría muchas sorpresas. No importa si las trata o las trató, si las ve a diario o solo el recuerdo le queda, no importa sin son conocidas, vecinas, compañeras. Puede ser una lista corta o muy amplia y en la enorme mayoría de los casos sabe que están fuera de su alcance debido una lista de razones que sería ocioso mencionar.

Iré más allá: Por otra parte sucede que cierta proporción de varones tendrían sexo casual con una mujer a quien ni siquiera consideran en el mundo, ni si quiera les agrada especialmente (puede ser abiertamente fea), pero que se les atravesó.  



Ajenas, asépticas

 



No puedo sentir confianza de una persona de la que no sé de qué vive, a qué se dedica. También me cuesta conectar con personas que no les gusta ensuciarse de vida, que son "pulcras", asépticas, porque son un poco oscuras. 

Me parecen tan ajenas. 




En contra de los objetos

 

En estos tiempos es bien visto criticar los comportamientos que consideramos nocivos o dañinos de los varones, pero criticar algún comportamiento por parte de las mujeres eso sí es comprometedor, puede acarrear problemas.

Desde mi punto de vista, critico la hipersexualización femenina porque manda un mensaje muy cuestionable: que el principal atributo o virtud de la mujer en cuestión es su valor sexual, su atractivo físico, ese proponerse como deseable mostrando, semimostrando, administrando sus atributos femeninos. Esa belleza es poder, sí, y lo sé y lo saben. Si me lo preguntan, me es agradable. Pero si la conversación acerca de determinada mujer es mencionar lo buena que está, el tema es reducido.

Un amigo me dijo: "Hay mujeres para todo". ¿Qué quiso decir? Sabemos lo que quiso decir. Pero cuestiono lo mismo que cuestionaría una feminista: que las mujeres por el hecho de ser mujeres, tengan un un fin utilitario. Algunas se esfuerzan en actuar conforme a esta línea, pero no estoy de acuerdo.

Respeto y promuevo la libertad individual, el respeto a la libertad individual, de sus actos, pensamientos, usos y costumbres. Solo digo que hay expresiones que refuerzan algo en lo que yo estoy en contra: en que una mujer se convierta sólo en objeto y no en sujeto individual. Los objetos tienen un precio, los sujetos deciden su propio camino.  

A menos que esa postura femenina busque un beneficio o tenga una intención ulterior. 

domingo, 18 de abril de 2021

Amigos y no contactos

 


La primera vez que quedo de verme con alguien, lo hago con muy bajas expectativas. O con ninguna.

La gente suele llegar tarde o cancelar. O mover la hora de último momento. También pasa que no llama cuando dijo, o no responde el teléfono en la fecha y hora en que yo quedé en hablarle. 

No es que me ponga demasiado exigente. Exigente sí. Pero es que el tiempo es lo más valioso que existe y me parece una falta de respeto que las personas sean desconsideradas en este rubro.

Encima que demuestren con denuedo que les importas tres camiones de pepino. Y uno siga ahí.

Desde hace algunos años uno de mis deportes es borrar personas que consumen energía de oquis y que tengo en Facebook, gente que no aporta o a la que ya le agradecí lo que hizo por mí, pero que ahora y desde hace algunos años le soy completamente indiferente.

(No se me malentienda. De entrada yo busco a las personas que deseo cerca, y alimento la práctica de cultivar una relación; si la respuesta es nula, ya es otro cantar.) 

También practico el dudoso placer de borrar, incluso bloquear a personas que una vez me han dejado en visto y pasado un tiempo no me devuelven la llamada o el mensaje.

Y así, me voy quedando con un puñado de amigos que no esconden el gusto que les da que les llame o les mande mensaje (escrito o de voz) al igual que yo me siento profundamente honrado con su amistad. Son gente que quiero un montón, que admiro y a quienes deseo ver en persona y que cada cierto tiempo me manifiestan, nos expresamos mutuamente, el aprecio, cariño y muchas cosas bonitas. Es decir, lo normal entre los amigos o gente que se aprecia. 

Pa qué quiero más. 

Por qué conformarme con menos.




jueves, 15 de abril de 2021

Aprender y aprender a aprender

 



Vinimos al mundo a aprender, a amar y a ser felices. Y cada quien lo está buscando a su modo. 

Cada día, dedico parte de mi día a la lectura en internet, al consumo de contenidos audiovisuales, a las redes sociales.

Me he distanciado desde hace años de la nota política, me cansan los llamados debates y las discusiones sobre este tema. No veo que sirva para algo valioso, pero aprecio el acto de aprendizaje.

¿Y si nos dedicamos más a aprender, en caso de que hubiera algo que aprender, de las figuras públicas? ¿Por qué no ver virtudes, cualidades y hábitos positivos en las personas que tenemos a la vista?

Cuánto no aprenderíamos si, quitándonos un poco el prejuicio ante personas con las que en varios puntos no coincidimos para nada, viéramos otros puntos valiosos. Valiosos para nuestra vida en lo cotidiano.

Sea en lo espiritual, 

en la salud física, 

en la salud emocional 

y en la salud financiera. 

Éstos son los parámetros, según yo, para una vida armoniosa. 

El resto es pereza, distracción o falta de enfoque.


  

lunes, 12 de abril de 2021

Confianza 2

 




AMIGA DE MI MUJER: ¿Y de veras confías plenamente en él?

MI MUJER: Si un día me hace una sola vez lo que a ti, lo dejo, yo sí lo dejo.

domingo, 11 de abril de 2021

Red

 



Cada mujer no es una mujer, es una red de mujeres.

martes, 6 de abril de 2021

La necesidad masculina de mostrar nuestro estatus. ¿Somos lo que hacemos?


 


Los varones, he observado, tenemos una especie de curiosa inclinación para mostrar a otros nuestra identidad. Y esta identidad la ligamos a lo que somos. Y lo que somos está dado por lo que hemos logrado, es decir, aquello que puede poner de manifiesto un supuesto status.

Estoy describiendo lo que veo, no es un juicio.

viernes, 2 de abril de 2021

Gesta amorosa femenina

 He pensado por años en las posibles respuestas a la siguiente pregunta. Quizá cometa petición de principio, pero si alguien tiene una opinión, recomendación de libro o video, que me lo pase, porfas. Lo puede hacer, si gusta, de manera anónima.

¿Por qué es tan frecuente en las mujeres el relato de la búsqueda del amor, el encontrar (o renunciar al) amor de pareja, en comparación con los varones? 




martes, 23 de marzo de 2021

Talento, amistad y proyectos

 


¿Hay algún momento en que entran en conflicto la amistad, el talento y un proyecto?¿Es correcto no trabajar nunca con un amigo?¿El talento debe estar por encima de todo?

Hace unos días platicaba con un amigo con el que tengo un proyecto en común. No estuve de acuerdo con que él incluyera a una persona que a mí me parece muy cuestionable. Y así salió esta reflexión.  

Después de pensar un poco en cómo distingo, intuitivamente en un principio y ahora que escrito esto, de manera más reflexiva, los motivos por los cuales me podría relacionar con una persona se clasifican en cuatro rubros:

A) Por ser figuras públicas. Son personas con alta exposición debido a su ejercicio en las redes, los medios, su talento frente a públicos amplios. En estos casos uno observa bien si dicha celebridad o estatus están sustentadas en su talento y en la calidad de persona. Hay quienes tienen muchos seguidores pero estos están ahí debido al puesto que ocupa (temporalmente, claro). Cuando ya no se tiene el puesto, la persona se queda sola. Eso no está mal ni está bien, sólo hay que tenerlo claro lo más pronto posible.

B) Por la calidad de su trabajo. Esta característica está parcialmente ligada al punto anterior. Porque una cosa es que sea bueno y otra que sea conocido. Los más fáciles de identificar (y que da placer dar con ellos) son los profesionales, aquellos que tienen muchos años en su oficio o profesión y viven de ello. Es fácil encontrarlos porque permanecen mucho tiempo en el mismo lugar.

C) Por el valor que le doy yo a su trabajo. Todos deberíamos destinar una porcentaje de nuestro cerebro a detectar el talento donde quiera que se encuentre. A veces se da en una charla, a veces por sus obras los conoceréis, como dice la máxima. Sucede que con frecuencia esas personas con talento viven en una cueva, no salen de la cuadra, van del jacal a la milpa o bien, están perdidos, vagan por el espacio exterior y, como un asteroide, un día chocas con ellos. Hay que observar y descubrir sus habilidades. 

En mi trabajo, busco a personas dedicadas y con experiencia. Por eso observo.

D) Porque es mi amigo o amiga. A los amigos se les apoya, también se les dice sus verdades (en privado). En mi ámbito que es el de la Cultura, tengo amigos muy queridos. Casualmente hay muchos talentosos. Elijo a mis amigos sí, porque suelen tener un talento especial en un área (casi siempre en las artes, la educación, la cultura, las humanidades, la literatura, el periodismo). Los elijo sobre todo por su ética. He escuchado decir a colegas que no trabajarían con un amigo. Y entonces me viene a la cabeza la pregunta: "¿Qué clases de amigos tienes?". Sí, claro, al amigo lo invitas cuando es su área y le pagas lo que pida y le das las cuentas claras. Así de sencillo, si no, no lo invitas.  

Conclusión: es un honor y un placer enorme trabajar al lado de personas que estén dentro de los cuatro rubros anteriores. Pero si no se pueden los cuatro, escogería a una persona que fuera ética.


viernes, 12 de marzo de 2021

"Todos los enamorados tienen 20 años"

 



Un día tienes una relación de pareja y es maravilloso. Dos que crean un universo, se divierten, aman, platican. Se besan, bailan o cuentan chistes y chismes que da gusto. Aprendes más cosas.

Un día esa relación termina y por un tiempo todo es triste.

Más adelante se conoce a alguien, hay mucha emoción y euforia al disfrutar esos rasgos de esa persona que son únicos y bellos. La relación funciona por pocos o por algunos años, o quizá por cinco meses absolutos. Aprendes de temas desconocidos, gozas del mundo del otro en rebanadas de descubrimiento.

Un día la relación cojea y luego despacio se extingue. Te vas con agradecimiento y no vuelves a saber de esa persona. Aprendiste que se puede vivir de otros modos, sin la mochila de piedras que traías.

Las historias se repiten con combinaciones variadas. Se repiten una vez o dos. Quizá puede que más. 

En cada ocasión sí, hay una pérdida, un desprendimiento que suele doler, algo que muere un poco dentro. 

Pero también hay mucho enriquecimiento. Y más que comparar personas, comparas cómo eras en aquel otro momento y cómo eras en aquel otro, cómo pensabas y qué valorabas tanto que ahora ya no. 

O bien, llega uno a una vida más sencilla que valora detalles simples, que experimenta uno por sí mismo o detalles lindos con las personas que a uno le importan.

Debe ser muy hermoso llegar al ocaso de la vida con una misma pareja con la que uno lleva décadas, muchas décadas. No estoy despreciando eso, pero no todos tuvimos esa fortuna.

Para mí cada persona es un universo con el que uno, eventualmente, puede intercambiar partes de su vida. De su intimidad.

Así pues, que la intimidad afectiva esté al servicio del crecimiento, propio y de los demás.




 





miércoles, 10 de marzo de 2021

Confianza

 



He pensado en la forma en que nuestra pareja, la actual y la(s) anterior(es) son un buen espejo de quiénes somos, de cómo elegimos, de quiénes éramos en otro momento.

Cuando pienso en alguna relación que terminó mal, me viene a la mente qué hice o qué dejé de hacer yo. También los varones nos involucramos en relaciones con personas emproblemadas que ayudan muchísimo a mantener una relación muy enferma y nociva, relaciones que en principio tuvieron el gancho de la atracción sexual o la fascinación física, pero que a veces no nos dejan ver un poco más al fondo del estanque. 

Algunas, unas cuantas cosas tenemos en común todas las personas: que nos rompan el corazón, que nos abandonen alguna vez, que hagamos daño, que acusemos a la otra persona cuando la responsabilidad es nuestra. Eso no creo que sea tanto asunto de género; el cómo reaccionemos ante ello, seguramente sí.

Tengo para mí que revisar seriamente nuestras relaciones es una manera de autoconocimiento como varones. La relación de pareja también puede ser un buen termómetro de nuestra vidas. En este sentido, si uno eligió libremente a alguien y le entregó su confianza (supongo que porque le pareció confiable), ¿por qué no escuchar con atención y seriedad las "observaciones" y señalamientos que esa persona nos hace? En mi experiencia, la pareja bien elegida, aquella que es digna de fiar, tiene más de 95 por ciento de confianza en acertar en "nuestras verdades", en señalar nuestros puntos ciegos.

Hay tanta tela de dónde cortar, tantas cosas que trabajar si por lo menos aceptáramos (cuando fuera al caso) que no confiamos plenamente en nuestra pareja. 

Seguro eso habla mucho de nosotros los varones, y pues para qué hacerse pendejo ¿no?


  


viernes, 26 de febrero de 2021

Alegoría

 



Una mujer usaba un reloj de pulsera que valía 3 millones de pesos. Excepto por ese artículo, el resto de su vestimenta no manifestaba ningún signo de lujo.

Cuidaba de no actuar con presunción, pero en una comunidad donde el ingreso promedio mensual eran 7 mil pesos, el detalle del reloj no pasaba desapercibido. Además, a ella le gustaba su reloj y se decía a sí misma que no le importaba mucho el valor, sino su gusto en sí. Eso se decía.

Desde que lo portaba, alguien la instruyó para que no fuese ingenua, puesto que podría ser asaltada con engaños, incluso agredida.

La gente solía confundirse y algunas personas buscaban su cercanía porque pensaban que podrían obtener algún beneficio.

La comunidad asumía que ella intentaba disimular el valor de su artículo y que era falso, un fingimiento. También pensaba que en algún momento, la mujer utilizaría su reloj para comprar otro bien, más valioso para ella, que podría ser un viaje o para migrar a una ciudad más grande y cómoda.



jueves, 25 de febrero de 2021

¿Y tú cómo andas de ganado?

 



"Eso le ha de de decir a otras", es una respuesta común que he escuchado de las mujeres cuando un tipo las pretende y las quiere convencer de que acepte sus blancas intenciones.

Puede ser. Lo cierto es que los varones tiran anzuelos en el mercado de las relaciones y las mujeres eligen. También se da el caso en el que el sujeto toma la iniciativa, pero en realidad la mujer propició  antes que él tomara la iniciativa.

Me parece que Roxana Kreimer tiene razón cuando refiere estudios que señalan que las mujeres son más selectivas al momento de elegir pareja, especialmente cuando se trata de relaciones a largo plazo. Los varones, por su cuenta, son mucho menos selectivos para las relaciones a corto plazo, y lo son más a la hora de elegir a una pareja de largo plazo, que suele equivaler a elegir a la persona de quién enamorarse.

Kreimer adopta una argumentación biologicista, con la que estoy de acuerdo, para señalar que quien invierte más en la gestación y cuidado de las crías es más selectivo a la hora de tomar pareja de apareamiento. Dicho con otras palabras, un óvulo es energéticamente más caro que un espermatozoide. 

Volviendo al tema de los anzuelos de los varones y que las mujeres desdeñan, algunas piden falta, acusan acoso, o mal gusto del proponente. Es decir, hacen que se ponga el reflector en lo trivial de esas peticiones. Y razón no les falta: lo que se puede encontrar cada 50 metros, al doblar cualquier esquina, pierde valor y seriedad. ¿Eso significa que en la sobre-oferta tendrían más de dónde elegir?

Propuestas indecorosas

Hace unos años hice un sondeo entre una docena de mujeres que conozco, a quienes les pregunté bajo condición de anonimato cuántas peticiones directas de relaciones sexuales por parte de varones, recibían.

El resultado me llamó la atención, pues las  peticiones recibidas fluctuaban entre cinco y 20 en los doce meses recientes. Hablo de propuestas de relación sexual directas, no de insinuaciones o acercamientos románticos.

Al parecer, las mujeres están lidiando con la testosterona más cotidianamente de lo que creemos ya que reciben en ventanilla un kilo de peticiones. Su porcentaje de aprobación ése ya pertenece al campo de lo privado. 

¿Y tú cómo andas de ganado?

 






viernes, 19 de febrero de 2021

Argumentos en favor de la fidelidad (¡áijuesu!)

 



Lo que voy a decir nadie me lo ha contado ni lo he leído. Lo he experimentado, observado, aprendido directamente. 

La fidelidad dentro de una relación monógama es la decisión más inteligente y madura que puede existir. Sus ventajas son de todo tipo, pero citaré algunas (iré actualizando esta lista ad náuseam, así es que, amable lector, estimada lectora, regrese cuantas veces guste).


1. Se obtiene paz interior, tranquilidad de vida, tener la conciencia en paz. Algo de lo que más valoro en la vida.

2. La infidelidad es una falta de respeto para la persona a quien uno le ha ofrecido compromiso. La infidelidad es equiparable a un fraude.

3. Si cometiste una o más infidelidades y te descubrieron y la relación no terminó, además del daño hecho, la parte afectada podrá reprochártelo cincuenta millones de veces hasta el día de su muerte. Es más, tú serás el símbolo de la infidelidad por antonomasia. Eso es muy cansado.

4. La infidelidad es la receta más segura de dinamitar una relación de pareja de forma instantánea. Y si no te interesaba esa relación, sí que ya traías otro problema serio previo y no lo sabías.

5. La fidelidad reduce el riesgo de contraer y contagiar enfermedades de transmisión sexual, en especial a la pareja.

6. El estrés que provoca el ocultamiento suele pasar factura. Tarde o temprano.

7. Sostengo que la persona infiel tiene una o más de las siguientes características: 1) No se conoce lo suficiente, de lo contrario sabría que en algún momento cometería una infidelidad. 2) Tiene una inteligencia emocional poco desarrollada, de lo contrario encontraría la manera de llegar al mismo punto, pero sin hacer daño y sin cometer ningún acto poco ético. Que formas las hay.

8. Los conflictos de pareja son especialmente desgastantes. La energía invertida, si lo quieres ver así, se podría traducir en muchos miles de pesos. El sufrimiento que provoca, así como el tiempo empleado en discutir, convencer, tienen un precio muy alto. Esa energía, claramente, es digna de mejor causa.


lunes, 8 de febrero de 2021

Mis premisas sobre relaciones de género, feminismo y masculinidades

 





De las siguiente premisas parto en mi abordaje sobre el asunto de relaciones de género, feminismo y masculinidades.


1) Para hacer conscientes, señalar y evitar los tipos de abusos en contra de las mujeres, un análisis de la cultura patriarcal es un requisito; el asunto es que los mecanismos por los que se dan estos abusos no siempre son evidentes y con frecuencia no hay un consenso acerca de las causas de esos abusos.

2) La cultura patriarcal está formada, entre otros elementos, por mentalidades, ideas y creencias que asumen como premisa que lo masculino es por naturaleza superior a lo femenino. Sin embargo, ningún género tiene el monopolio de estas creencias. Mujeres y varones, cada quien de diferentes formas, ponemos en acto esas ideas patriarcales sin darnos cuenta que hay actitudes que representan algún tipo de violencia.

3) El feminismo, entre otras varias definiciones válidas, es una corriente de pensamiento que teoriza y denuncia las inequidades en contra de las mujeres y busca eliminar las injusticias que padecen por el hecho de ser mujeres.

4) Los varones no podemos ser feministas porque no es legítimo atribuirnos una lucha que no podemos comprender en carne propia. Decirnos feministas antes de revisar las conductas propias y de las personas de nuestro género encierra querer ser reconocidos como un varón "rehabilitado", "progresista", "evolucionado": narcisismo vacío. Nos concierne, en cambio, vigilar aquellas estrategias masculinas que empleamos para desenvolvernos en los ámbitos privados y públicos, algunas de las cuales son bastante dañinas para otras personas y para nosotros mismos.

5) Primero la comprensión y el análisis. Después la militancia.

Este texto complementa otro que publiqué en este espacio en octubre del 2020 a propósito de las relaciones de género. Ahí dije en qué creo.