miércoles, 10 de marzo de 2021

Confianza

 



He pensado en la forma en que nuestra pareja, la actual y la(s) anterior(es) son un buen espejo de quiénes somos, de cómo elegimos, de quiénes éramos en otro momento.

Cuando pienso en alguna relación que terminó mal, me viene a la mente qué hice o qué dejé de hacer yo. También los varones nos involucramos en relaciones con personas emproblemadas que ayudan muchísimo a mantener una relación muy enferma y nociva, relaciones que en principio tuvieron el gancho de la atracción sexual o la fascinación física, pero que a veces no nos dejan ver un poco más al fondo del estanque. 

Algunas, unas cuantas cosas tenemos en común todas las personas: que nos rompan el corazón, que nos abandonen alguna vez, que hagamos daño, que acusemos a la otra persona cuando la responsabilidad es nuestra. Eso no creo que sea tanto asunto de género; el cómo reaccionemos ante ello, seguramente sí.

Tengo para mí que revisar seriamente nuestras relaciones es una manera de autoconocimiento como varones. La relación de pareja también puede ser un buen termómetro de nuestra vidas. En este sentido, si uno eligió libremente a alguien y le entregó su confianza (supongo que porque le pareció confiable), ¿por qué no escuchar con atención y seriedad las "observaciones" y señalamientos que esa persona nos hace? En mi experiencia, la pareja bien elegida, aquella que es digna de fiar, tiene más de 95 por ciento de confianza en acertar en "nuestras verdades", en señalar nuestros puntos ciegos.

Hay tanta tela de dónde cortar, tantas cosas que trabajar si por lo menos aceptáramos (cuando fuera al caso) que no confiamos plenamente en nuestra pareja. 

Seguro eso habla mucho de nosotros los varones, y pues para qué hacerse pendejo ¿no?


  


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