martes, 23 de marzo de 2021

Talento, amistad y proyectos

 


¿Hay algún momento en que entran en conflicto la amistad, el talento y un proyecto?¿Es correcto no trabajar nunca con un amigo?¿El talento debe estar por encima de todo?

Hace unos días platicaba con un amigo con el que tengo un proyecto en común. No estuve de acuerdo con que él incluyera a una persona que a mí me parece muy cuestionable. Y así salió esta reflexión.  

Después de pensar un poco en cómo distingo, intuitivamente en un principio y ahora que escrito esto, de manera más reflexiva, los motivos por los cuales me podría relacionar con una persona se clasifican en cuatro rubros:

A) Por ser figuras públicas. Son personas con alta exposición debido a su ejercicio en las redes, los medios, su talento frente a públicos amplios. En estos casos uno observa bien si dicha celebridad o estatus están sustentadas en su talento y en la calidad de persona. Hay quienes tienen muchos seguidores pero estos están ahí debido al puesto que ocupa (temporalmente, claro). Cuando ya no se tiene el puesto, la persona se queda sola. Eso no está mal ni está bien, sólo hay que tenerlo claro lo más pronto posible.

B) Por la calidad de su trabajo. Esta característica está parcialmente ligada al punto anterior. Porque una cosa es que sea bueno y otra que sea conocido. Los más fáciles de identificar (y que da placer dar con ellos) son los profesionales, aquellos que tienen muchos años en su oficio o profesión y viven de ello. Es fácil encontrarlos porque permanecen mucho tiempo en el mismo lugar.

C) Por el valor que le doy yo a su trabajo. Todos deberíamos destinar una porcentaje de nuestro cerebro a detectar el talento donde quiera que se encuentre. A veces se da en una charla, a veces por sus obras los conoceréis, como dice la máxima. Sucede que con frecuencia esas personas con talento viven en una cueva, no salen de la cuadra, van del jacal a la milpa o bien, están perdidos, vagan por el espacio exterior y, como un asteroide, un día chocas con ellos. Hay que observar y descubrir sus habilidades. 

En mi trabajo, busco a personas dedicadas y con experiencia. Por eso observo.

D) Porque es mi amigo o amiga. A los amigos se les apoya, también se les dice sus verdades (en privado). En mi ámbito que es el de la Cultura, tengo amigos muy queridos. Casualmente hay muchos talentosos. Elijo a mis amigos sí, porque suelen tener un talento especial en un área (casi siempre en las artes, la educación, la cultura, las humanidades, la literatura, el periodismo). Los elijo sobre todo por su ética. He escuchado decir a colegas que no trabajarían con un amigo. Y entonces me viene a la cabeza la pregunta: "¿Qué clases de amigos tienes?". Sí, claro, al amigo lo invitas cuando es su área y le pagas lo que pida y le das las cuentas claras. Así de sencillo, si no, no lo invitas.  

Conclusión: es un honor y un placer enorme trabajar al lado de personas que estén dentro de los cuatro rubros anteriores. Pero si no se pueden los cuatro, escogería a una persona que fuera ética.


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