martes, 20 de septiembre de 2016

Nosotros



La mayoría de los verbos en español se conjugan en tres personas, en dos números, singular y plural. Esto se aprende en la primaria, pero conjugar en la primera persona del plural se aprende en años. Muchos. ¿Será que NO tiene que ver con la gramática y sí con el amor y la madurez?

lunes, 19 de septiembre de 2016

Lenguaje, lectura y lugares comunes



Si yo fuera otro y me conociera por los peros que le pongo a veces al habla, descubriría que a veces soy muy mamón.
Pero sería una impresión inexacta, lo que descubriría es que soy una persona completamente común, sólo que mis "peros" no se los pongo ni a la comida ni a la música ni al clima, se los pongo al habla.
Hay una serie de palabras o expresiones que rechazo, en algunos casos porque me parecen una deformación afectada, maricona o noña, o bien porque me parecen erróneas, irreflexivas, como si forzosamente tuviéramos que ser un portavoz de la corriente principal de pensamiento, de su estilo o moda.
El lenguaje para mí es algo más amplio, grandioso, creativo, problemático y estético como para repetir las frasesitas comunes. Nuestra individualidad nos da para desmarcarnos de la frase hecha, tronar como cacahuates al lugar común, mofarnos de él dándole la vuelta.
Tenemos la hipérboles que nos permiten exagerar la realidad al límite para que sola tome su forma original (¿y cuál será su forma original?). Tenemos la comparación, la metáfora, la alegoría.
Tenemos el chiste, el poema, la canción, el cuento, la anécdota, el chisme, y en todos ellos el lenguaje nos utiliza como si fuera una mano y nosotros el guante.
¿Saben? Lo que creo que sucede es que últimamente nos formamos mayormente dentro de una cultura audiovisual. No está mal estar al tanto de las modas y corrientes actuales, eso es bastante bueno; lo malo es no tener puntos de referencia previos. En otras palabras, no poder decir, por citar un ejemplo bastante burdo y grosero, que la melodía de El Chavo del Ocho usada desde principios de los años setenta, es originalmente una composición de Beethoven de 1812 llamada "Marcha turca" y que retomó Jean-Jacques Perrey en su rola "Los elefantes nunca olvidan", de donde se la fusiló Gómez Bolaños. La cultura audiovisual nos introdujo la tonada, pero la falta de lectura (en este caso de panorama musical), nos limita la comprensión.
Así funciona el lenguaje. Primero lo creamos y después él nos crea a nosotros y no nos damos ni cuenta.
Y volviendo al ejemplo del guante ¿no podríamos al menos hacer una seña obscena, saludar de otra manera, cruzar los dedos cuando otros rezan, tronar los dedos al ritmo del jazz?

Sin más preámbulos, aquí mi lista de alguna expresiones que sé que no uso y creo que no usaré nunca. La iré ampliando si me acuerdo de más:


  1. No manches (la original es no mames. ¿Para qué descafeinar?).
  2. Acá (parece que se trata de una importación del Cono Sur, en donde sustituyen el aquí por el acá. Recordemos que el acá, en buen castilla, se usa cuando se contrapone contra una idea de allá).
  3.  ¡Yeii! (esta expresión infantiloide es una cruza de un anglicismo con una mala caricatura)
  4.  Provecho, o peor, provechito (cuando se está a punto de comer).
  5. Wey (así, escrito con una ¡w!).





domingo, 11 de septiembre de 2016

El cuerpo femenino como agente disruptor


Dentro de nuestra cultura patriarcal, donde el cuerpo femenino es un objeto social y sancionado, es decir, desde un punto de vista es visible públicamente pero al mismo tiempo está prohibido, baste con que una mujer subvierta esa función y utilice su cuerpo transgrediendo las reglas de su uso, para que se le castigue. No necesariamente se le deje de desear, sino que al poner ella su sexualidad sobre la mesa, sigue siendo objeto, pero al mismo tiempo se vuelve sujeto transgresor.
La regla principal es que está prohibido hacerse dueña de su cuerpo fuera de las instituciones, y la infracción a esa regla es tan disruptiva que bien puede tener la fuerza de una propuesta arística, en su aspecto más cuestionador del establishment.
Y en su aspecto más cotidiano, una mujer que libremente ejerce su sexualidad sin las consabidas reglas, queda fuera de la normalidad (cada vez más endeble), y a ella se le destina un lugar aparte, un lugar, para recordar las ideas de Foucault, de castigo social.

El empoderamiento que da que una mujer renuncie a ser objeto y volverse sujeto de su sexualidad, es un paso que a los ojos de nuestra cultura las masculiniza.
Y se puede lidiar con ello, siempre y cuando sus credenciales estén visibles de antemano, si no lo están, esta cultura machista se sentirá estafada y reaccionará con violencia.

sábado, 10 de septiembre de 2016

El editor


Saber editar pasa no sólo por la presentación correcta de ortografía y sintaxis, sino saber en dónde comienza y en dónde termina el "relato", la historia. 
Es saber identificar el arranque, los puntos de giro, los silencios... y saber que hay historias que terminan en un lugar distinto de donde terminaron de contarse.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Soledad, capítulo 4


Aprecio y hasta cierto punto admiro el hecho de que una persona sepa estar sola.
Yo he tenido que aprender a estarlo.
Muchos años de mi vida he tenido pareja; he aprendido muchas cosas de ello y también he concluido que sí me veo en un futuro al lado de alguien. Me gusta mucho esa forma de ser feliz o de tener momentos felices, hacer planes, crecer juntos como individuos, el apoyo mutuo incluyendo ese compromiso diario de entrega que es el amor.
Ahora me veo así: por un lado más capaz de hacerlo de manera madura, y por el otro, con la conciencia de que eso sucede sin prisa. Es decir, sin prisa de que se dé, pero con el deseo de que si se da, se dé de la forma más sana de la que yo soy capaz de apostarle, siendo yo en mi mejor versión.
Ahora, y esto es lo más complicado, la tengo más clara en cuanto a esos estándares mínimos de lo que yo debo dar en una relación, y de lo que la otra persona debería de recibir y también pedir de ella. Para acabar pronto, mi eventual pareja se deberá sentir amada en todo momento y por encima de todo. Así de sencillo, así de difícil. Y yo sentirme el héroe de su película, jaja, el elegido.
Valoro mucho saber estar solo. Y es que el arte no sólo es estarlo, sino construir algo con uno mismo, realizar proyectos, madurar y avanzar a una vida más sana y armoniosa en donde el interlocutor más importante sea uno mismo. Ser uno mismo su mejor compañía, su mejor amigo, y eso implica tratarse muy bien. Implica total sinceridad con uno mismo porque luego resulta muy fácil hacerse pendejo solo, engañarse, y bueno, no vale la excusa que todos de alguna manera lo hacemos un poquito. En eso la terapia me ha ayudado, de ti mismo no te escondes, no te salvas. En lo más deplorable de uno, es jodidamente doloroso verte como eres. Pero también está lo otra parte, la de apreciarte en toda tu fuerza, eso también es un regalito, un pequeño dulcito que te da la terapia.

Estoy aprendiendo lento, pero avanzo. Seguido hago una lista mental de los aspectos característicos de mí y resalto especialmente lo favorable. Y sí, el balance es positivo. Miro a mi alrededor y no me veo tan perdido. Tengo lo mío, que de momento está guardado.


jueves, 8 de septiembre de 2016

Matrimonio igualitario



Traen un argüende con eso de las uniones del mismo sexo. Y yo no veo que se pueda realizar un verdadero debate. Para que lo hubiese, tendríamos que tener argumentos serios y medianamente sólidos para confrontarlos. Y los argumentos más sólidos que veo son para el sí. Está bien que cada quien tenga sus creencias, y que éstas se respeten, porque 1) son un derecho 2) son útiles y 3) cohesionan socialmente otorgando una identidad de grupo. Pero no estoy muy seguro que las creencias se deban de trasladar a un ley general, y por ende restrictiva. Encontré hace tiempo un breve video de Bertrand Russell en donde deja un mensaje "para la posteridad". Su consejo en lo intelectual es: "Cuando estés estudiando cualquier tema o considerando cualquier filosofía pregúntate a ti mismo únicamente ¿cuáles son los hechos? y ¿cuál es la verdad que esos hechos revelan? Nunca te dejes desviar ya sea por lo que deseas creer o por lo que te traería beneficio si así fuera creído. Observa única e indudablemente sobre cuáles son los hechos. Eso es en lo intelectual lo que quisiera decir. Lo moral que quisiera decir es muy simple: el amor es sabio, el odio es tonto".
Hay argumentos sociales para que personas del mismo sexo puedan beneficiarse jurídicamente si acceden al matrimonio (también, por cierto, tienen el derecho se echarse la soga al cuello ellos solitos, si ése es su deseo). Y sobre lo recomendable o no de que puedan educar correctamente a unos hijos, veo que las cifras de violencia intrafamiliar provienen principalemente de parejas heterosexuales, casadas o no, que no cuidaron/educaron debidamente a sus hijos. El abuso a menores proviene principalmente de personas allegadas a la familia, sea el padre, el padrastro, la madre, el tío, el vecino. Hay cifras al respecto en cualquier sitio (es decir, hechos). Así que el problema serio es cómo evitar la violencia hacia el interior de las familias y parejas que ya existen. por cierto en su enorme mayoría parejas heterosexuales. "¿Cuáles son los hechos y cuál es la verdad que esos hechos revelan?". Si yo fuera católico estaría en todo derecho de no estar de acuerdo con que personas del mismo sexo se casaran, porque eso no iría seguramente con mis creencias religiosas. A lo que no tengo derecho es a promover que se les prohíba, es decir, a tratar de imponer mi creencia. Y si me preocupara realmente la educación y protección de los menores, debería sentirme moralmente obligado a denunciar cualquier abuso en contra de ellos, así proviniera de mi pareja, del vecino, del novio, del taxista, del sacerdote, del maestro. Sin "creer" que ellos NO serían capaces de infligir un daño a un menor. Sin desviarme, pues, a obtener un beneficio, o en este caso, evitarme un problema," si eso así fuera creído".
No hay debate aquí. Ojalá lo hubiere. Lo que hay son prejuicios. Una relación violenta la puede ejercer cualquier persona. Una vida recta, ética, de amor y compromiso por algo o alguien, la puede llevar a cabo cualquier persona que se lo proponga. Estadísticamente, un 10 por ciento de las personas con las que trato o conozco no caen en la categoría de "heterosexuales". Y de ellos, y no porque lo diga yo, son personas que tienen la misma capacidad (o incapacidad) de educar y comprometerse con otro ser humano que cualquier persona "heterosexual".
¿Ustedes no han visto esto que yo he visto, o "¿cuáles son sus hechos y cuál es la verdad que esos hechos revelan?

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Vivir

Me han dicho que tengo que aprender a soltar.
He aquí la prueba de mi fracaso.

No han pasado ni dos meses de que terminamos y no pensé que por momentos fuera tan difícil. Ahora cada quien su vida. Supongo que así son estas cosas. Cómo en un minuto las cosas dan la vuelta, con una decisión. Una decisión sin marcha atrás, se entiende.
Debo bienrespetar el duelo. Creo que todo esto pasará. En algunos años será parte de mi cardiohistorial privado, el expediente secreto porque ahí se guarda el amor más bello que he tenido.
Iré soltando, pero de momento no lo he querido hacer.
Muy mi problema.
Muy mi amor.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Canonización




CANONIZACIÓN
El dato exacto probablemente sea superior a 7 mil. Me refiero al número de santos que reconoce la Iglesia católica en su Martirologio. Para ser más precisos, la lista se actualizó hace 24 horas, con la inclusión de la madre Teresa de Calcuta. El papa Francisco, mediante un acto lingüístico que la Iglesia llama canonización, la declaró santa ayer domingo. Este hecho tan importante debería ser motivo de festividad para los católicos. Supongo. Hay muchos en México. Más de 100 millones. La imagen de Santa Teresa es muy popular. ¿Cómo se le recuerda? Como una figura de edad avanzada, carnes flácidas, y pródiga en abrazos. De hecho es casi sinónimo de abrazo fraternal. ¿Podrá inspirarnos la madre Teresa a prodigar abrazos de amor al prójimo? Difícilmente. No lo creo así.
Para qué ir tan lejos, si aquí, aquí nomás cerquita, podemos exclamar, como nos legó Alberto, "abrázame muy fuerte", así, con vehemencia, con algunas lágrimas no de dolor, sino de fuerza y de fe. Murmuraremos: "Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona /ha hecho estragos en gente como en mi persona".
Hay canonizaciones que declara la Iglesia. Hay otras, muy distintas, que enarbola la señora de la tortillería, mis primas en su trabajo, y las 500 mil personas que le rendirán un beatífico homenaje, un tributo de lágrimas pero de agradecimiento esta tarde en Bellas Artes a las cenizas de Alberto Aguilera Valadez, nuestro Juan Garbriel.

domingo, 4 de septiembre de 2016

El punto y coma y la buena educación



Como no lo veo muy común —y vaya que leo unas 30 notas recién escritas diariamente, seis días a la semana—, cuando alguien utiliza correctamente el punto y coma nace en mí un sentimiento de regocijo, casi una bienaventuranza, porque sé que estoy ante por lo menos un lector medianamente solvente. Incluso me da por esperar de dicho texto algo interesante, no sé, creativo, inteligente, reflexivo. Veo en el uso de ese signo de puntuación simplemente un ademán de precisión como una idea sutil bien expresada, y elegante, como un natural por derecha de José Tomás a un toro que ya sabemos que va a indultar.
Cierto, no hay relación directa entre el buen uso del punto y coma e hilar ideas atractivas; es creencia mía. Es como pensar que quien usa correctamente el "habría" en una oración condicional es una persona educada. Puede ser, puede no ser. En todo caso uno busca señales para el optimismo, así sea en rastros minúsculos como un punto y coma.

jueves, 1 de septiembre de 2016

miércoles, 31 de agosto de 2016

Nicolás Alvarado


Comentaba el domingo que esta semana sería de Juan Gabriel y de quien supiera subirse al tren para su beneficio. Nicolás Alvarado lo supo, lo intentó y lo logró. Le gusta el reflector y posicionar su imagen. Hace unos 10 años publicó un libro y se lo mandó a mucha gente de los medios. Como editor en un periódico de Monterrey recibí un ejemplar dedicado. No tengo el gusto de conocerlo, pero me queda claro que este tipo de "escándalos" de algún modo lo benefician. También es cierto que las redes están ávidas de carne, y el titular de TV UNAM fue una presa ideal. En unos días quedará olvidado. Lo que sí podría extenderse algunos días más serán los comentarios en torno a las pedas multitudinarias que se está organizando para despedir al Divo de Juárez como el dolor por su partida lo merece (en el Zócalo, en el Ángel y en otros puntos significativos de ciudades del país). La cantina más grande de México, como le han llamado, se montaría este fin de semana, desde el mediodía del sábado hasta amanecer el domingo. Miles de personas cantarían al son de No me vuelvo a enamorar, excepto Nicolás Alvarado, quien ya dijo que no le gusta lo naco ni la lentejuela de Alberto Aguilera Valadez. Esperemos en Dios que recapacite y vuelva al camino del sentir popular.

martes, 30 de agosto de 2016

La gatita

Hay una gatita negra que conozco desde hace años. Le doy de comer y me busca. Cuando paso por donde ella le gusta quedarse que es afuera de otra casa cercana, me sigue y sabe que tendré algo para ella; cuando me compro una cerveza a ella le compro un sobre de Wiskas. No he querido cargarla, encariñarme más de lo que ya estoy de ella. No quiero cargarla, me recuerda muchas cosas bonitas que ya no existen. La de la foto de arriba no es ella, ella no tiene cola y últimamente la veo muy flaca, sólo quiero verla bien, que me cuente que está bien. Me da tristeza y alegría seguirla alimentando.

lunes, 29 de agosto de 2016

Las ciudades desiertas

Cuando Eligio trapeaba al ritmo de las canciones de Santana, no se imaginaba que pronto iba a decidir irse detrás de su mujer, Susana, a aquel encierro de becarios en Estados Unidos. La sigue a escondidas en un viaje con ciertos toque de humor, desenfado y tensión por saber de lo que sería capaz su mujer, allá, sola. Desde que leí Ciudades desiertas, de José Agustín, no puedo evitar asociar escuchar música al momento de trapear y esa imagen casi cómica, del encuentro de una aventada Susana con ese sujeto polaco que hace a Eligio reaccionar de forma sorpresiva. Desde hace unos días se está anunciando el estreno de le película "Me estás matando, Susana", protagonizada por Gael García y basada en la novela de José Agustín. No sé qué esperar de esa película, creo que la veré. A ver si la Susana de esta película se parece a la Susana de la novela, aunque no sé por qué se me figura que se parece más bien a Margarita Bermúdez, esposa de José Agustín.

Temas de la semana

El domingo 21 comenté que el caso de la tesis de Peña Nieto iba a dar para toda la semana. El tema ya casi está muerto y nada relevante sucedió. Ayer, domingo 28, un hecho fortuito marca la agenda de la semana. Esta semana le pertenece por entero a Juan Gabriel. Los demás actores/fuentes y temas en el ámbito social, político, educativo o cultural, o se montan a la figura de don Alberto Aguilera Valadez o se esperan unos días más.

Masculinidad, emociones y Juan Gabriel



En alguna parte leí que la construcción de la masculinidad, al menos eso he comprobado en una cultura tan machista como la mexicana, se realiza en un primer momento por alejamiento, por oposición a lo femenino.
A los pequeños se les inculca desde sus primeros años a alejarse de comportamientos relacionados con lo femenino. 
Pienso que una masculinidad así es más bien endeble, pues se pone más énfasis en tener cuidado de lo que no se deber ser que lo que sí.
La expresión de la mayoría de las emociones se asocia a lo femenino, así como buena parte de lo asociado con lo doméstico y el mundo de lo privado. Por ello los hombres podemos en el mejor de lo casos expresar sentimientos y aspectos que tienen que ver con los cuidados y el asunto del bienestar general, con una escucha mujer.

(No todas las mujeres tienen esa predisposición. Algunas son más bien prácticas, no le dan vuelta a las cosas y resuelven con pocos rodeos el asunto de las emociones. Recuerdo el caso de un amigo que quería desahogarse de que su mujer no le gustaba lo suficiente y no estaba del todo satisfecho, cuando la amiga en unos segundos lo paró en secó y le recordó que él no era para nada un modelo de belleza y que mejor le parara. Y zas, fin de esa plática).

Pero siguiendo con el tema de la construcción de la masculinidad, esa incapacidad por reconocer que somos personas con muchas emociones y quizá con gustos que no encajen del todo con el modelo que se espera de nosotros, nos vuelve en buena medida malos gestores de nuestras emociones.

En nuestra cultura hay dos emociones que se aceptan perfectamente en un hombre: el enojo y el deseo. El resto nos cuesta más trabajo gestionarlas. Por ejemplo, la ternura, la inseguridad, el miedo, la confusión, entre un largo listado.

*
El asunto es que aún hoy en día esa masculinidad poco fortalecida se siente amenazada. El ser hombre, en tanto que sujeto central de nuestra cultura, y por lo tanto empoderado por antonomasia se ve arrastrado con frecuencia hacia el lente de la sospecha. Todo poder está bajo sospecha, y en el caso del varón, la reacción cultural es la homofobia y la misoginia, como un grito inútil de que nuestra masculinidad no tiene que ver en nada con la homosexualidad ni con lo femenino.

Por fortuna tenemos a Juan Gabriel, que resulta la coartada perfecta.

jueves, 25 de agosto de 2016

El ideal de escucha




En mi opinión, el acto de escuchar tiene tres premisas

1). La otra persona no va a cambiar su forma de actuar o pensar por lo que yo le diga. Mis juicios, sobre todo los apresurados, no ayudan casi nada.

2) Absolutamente todo lo que esa persona me diga tiene un sentido, una motivación, un porque, lo entienda yo, me guste o me parezca que tenga sentido o no, ninguna de ellas.

3) La otra persona, en un acto de voluntad o de necesidad, decide contarme lo que le está pasando, sintiendo o planeando.

El escuchar tiene un valor en sí mismo, aunque no todos tenemos la disposición o habilidad de practicarlo.

En ocasiones no es necesario hablar/escuchar. A veces el sólo hecho de pasar tiempo al lado de una person, puede ser un excelente regalo, para dar o para recibir. O ambos...

domingo, 21 de agosto de 2016

El plagio de Enrique Peña Nieto

Con muy buen ojo, Carmen Aristegui truena el reportaje sobre el plagio de Enrique Peña Nieto horas antes de comenzar la semana, para que mañana lunes, desde primera hora, el tema esté a todo lo que da y tenga cinco largos días para darle vuelo. Fuera de "aclaraciones" (fue un "error de estilo", dice la Presidencia), declaraciones (muchos denostarán a Carmen Aristegui cuestionando su calidad periodística y su sesgo informativo) y observaciones (mañana lunes 22 de agosto, desde la noche de este domingo 22 comenzarán circular los memes del plagio y nos harán reír o sonreír, fuera de eso, no pasará absolutamente nada más. EPN puede ser lo más estúpido e ignorante que se quiera, pero difundirlo no cambiará nada, más que los ciudadanos estemos un poco más informados de otro episodio cuestionable de quien gobierna el país.

La virtud del orgasmo



"Se le debería enseñar a todas las mujeres, todas las mujeres deberían aprender, que siempre un orgasmo podría ser superior al más intenso de todos los anteriores; siempre hay posibilidades de un orgamsmo más intenso, sin importar la edad que se tenga."

PCGF

Amores que trascienden



Por muchos años en todo momento he tenido una pareja; ha sido algo común y natural en mí que nunca lo había cuestionado seriamente. Pensaba que no tenerla era de alguna manera estarme perdiendo de algo que valía la pena para mí.
Desde que volví a terapia ha sido un replantearme algunas cuantas cosas.
En estos días también he estado desmontando una superficie con mucha yerba. Es algo que debía haber hecho hace meses, y hoy que necesito disponer de ese espacio, tuve que meterle mano y en poco tiempo. Me he llevado una buena chinga además de la asoleada. Pero me ha gustado llegar casi muerto a la casa. Me di cuenta que un par de plantas, de las que crecen solas, ya estaban altas, y las raíces estaban gruesas. Batallé un poco, pero las corté. Creo que una parte de las raíces quedaron dentro, algo escondidas. Debo quitar inclusive eso.
Así estoy haciendo conmigo. Estoy limpiando lo que debía haber hecho desde hace tiempo. Estoy dejando en tabula rasa. Que no haya nada. Y lo primero que me queda claro es que se trata de un trabajo que debo hacer yo solo, y por el bien de mí mismo.
Víctor, mi terapeuta, me ayudó a verlo muy claro. Y como suele suceder, me dijo con otras palabras, ¿quieres la opción a? (la más deprimente y degradante para la persona que creo yo ser) o quieres la ¿opción b? La más normalita, la deseable. Así es este cabrón Víctor, nomás te pone las opciones, te sonrié, te da una palmadita afectuosa y desaparece. Se va el güey. Tal cual debe ser, nunca dije que fuera malo en su profesión.
El asunto es que ya van varios tragos amargos, y si no amargos, sí decisiones que en condiciones no-terapéuticas, ni madres que habría hecho. Y me siento satisfecho conmigo mismo por haberlo hecho.

Pero quiero regresar al título de este texto.
No sé cuándo vuelva a tener una pareja. Lo que sí se es que hay una sola forma de tenerla, el resto es hacerse pendejo. Felizmente, cómodamente, astutamente, resignadamente, pero es hacerse pendejo.
La única forma de entrarle es amando y comprometiéndose, en todo. No nomás en las cosas más cómodas y felices, alegres, cachondas, halagadoras y favorables. Sino viendo a la par más a largo plazo. Eso es lo que veo más difícil que suceda, se requiere de empezar en sintonía y muy pronto caminar hacia el mismo lado. Eso, seguramente, cuando emprenda una nueva relación, me tomará un tiempo, o mejor dicho, nos tomará un buen ratote. Pero no pienso en eso. Deberá pasar un buen rato para que llegue a la conclusión de que podré tener como pareja a alguien mejor, con una visión, una madurez, un amor y un compromiso más grandes que la de mi anterior pareja. Y mientras esa sea la medida cualquiera que entre a mi vida nomás se topará con pared y yo me metería solito en una trampa. Está demás mencionar el daño que yo haría.

Por ahora me veo dando vueltas al campo, entrenando para tener condición. Condición para disfrutar un poco más que ahora, el estar solo. Decirme cosas lindas como las que he descubierto que tengo y no necesitar que nadie lo atestigüe, que nadie lo vea.

Ser un buen compañero de mí mismo. En las buenas y en las malas. Y apenas estoy empezando con eso.
Volar en mi propio avión en donde sólo yo piloteo.


sábado, 20 de agosto de 2016

El asunto de la monogamia en el amor



En el asunto de la monogamía, si hay una priodidad del otro frente al yo, la cuestión de la monogamía se me cae, porque ésta no se puede sostener si no es en un fuerte paradigma del yo por sobre el otro. Porque si la prioridad es del otro no hay argumento fuerte para sostener la exclusividad.
Eso no significa que haya alguna otra propuesta que la monogamía. (...)

Si el amor tiene que ver con el otro entonces en el amor no puede haber contrato, porque el contrato tiene que ver con la salvaguarda de lo propio. Yo cuando negocio contigo de que nos vamos a ser fieles hago negocio, lo que estoy buscando es mi tranquilidad de mi propia prioridad. Fiel viene de fe. Si hay fe no hay acuerdo; hay acuerdo porque no hay fe, no te tengo fe, entonces contrato. No tiene sentido un contrato de fidelidad, es un oxímoron. Hay acuerdo porque hay una potencial infidelidad.

El problema no es la monogamia, sino la institucionalización del amor. El problema del amor es su contraposición con las reglas.

Darío Sztajnszrajber