martes, 18 de enero de 2011

Hombres en la no búsqueda del amor 2

Por lo que he observado y por las pláticas que he tenido, me doy cuenta que hay algo más importante para las mujeres que sentirse deseadas. Dicen: "Es padre sentirse deseadas, pero es mucho mejor sentirse amadas".
Los hombres, en cambio, parecemos pensar: "Es padre sentirse amados, pero es mejor sentirse admirados y reconocidos".
Entender esto de ida y vuelta pienso que ayuda mucho a comprender mejor a nuestra pareja.
Muchas veces las mujeres dan sexo, esperando amor, pero parece que nosotros no adivinamos las cosas en esos términos: Somos concretos y la nalga siempre será la nalga.
También es común que entreguemos muchas cosas en una relación: tiempo, dinero y esfuerzo. Pero no amor. Y ahí se queda esperando la otra y nosotros creyendo que damos algo fundamental para la relación, pero no es así. Nos guste o no, no es así, lo que demos, no les llega porque faltará ese ingrediente, para nosotros muchas veces abstracto, que es el amor.
No somos iguales, y las mujeres necesitan sentirse amadas, ya luego el resto de las cosas.
Pues hay diferencias. Una mujer que se siente amada se siente plena, reconocida, envuelta en una nube invisible de cariño, de aprecio, de respeto.
Un hombre que se siente reconocido se siente más pleno, sabe que lo eligieron por ciertas características individuales, específicas, singulares que otros, por desgracia, no tienen. ("Lástima que otros no tengan lo que yo, porque mi mujer aprecia y reconoce esto que yo tengo"). Un hombre que se siente así puede ir a cualquier lucha; sabe que está acompañado por esa mujer que lo distingue por sus atributos.
Sí, suena raro. A las mujeres les podrá sonar un orgullo animal, cavernario, atávico. Pero veo que es realidad. Lo he platicado con amigos hombres y hemos estado de acuerdo. No es algo absurdo.
Como tampoco es algo absurdo que las mujeres estén pendientes de que nos comprometamos más en una relación de amor, que demostremos con hechos (no sólo con palabras) que amamos desde el fondo y sin temor.
Esto a veces tampoco es muy sencillo. Primero porque muchos hombres no sabemos dar amor, y segundo, porque amar es una entrega muy temeraria que nos exige firmar un cheque en blanco y en confianza, tirarnos en paracaídas a sabiendas que se va a abrir no cuando queramos, sino en el momento más incierto (pérdida del control), aventarnos a una alberca sin agua que seguramente se va a llenar antes de llegar nosotros.

Yo me quedaría con esto (mujeres, no se escandalicen mucho que es más bien un tip): Nos hace más peso el reconocimiento y la admiración (si gustan, producto del amor) de nuestra mujer que nos acompaña, que convencernos de que vivimos una relación en la que "somos amados" .

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