Así hablan en mi rancho
No es "cállate", sino "cáate". La frase completa, dicha en un círculo muy informal, de compas, pues, es "cáate el hocico", que es una expresión entre la censura amistosa y la incredulidad por creer que el otro exagera. "Hoy corrí 20 kilómetros, y ayer 15, quiero estar en forma y tener buena condición física", dice alguien, a lo cual el amigo, con la boca de lado, contesta: "miramiramira, cáate el hocico"
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