Bien haríamos en separar y no en revolver: de un lado el ego y la vanidad, y de aquel lado la arrogancia y la soberbia. Estas últimas son un mal social, es como escupir para arriba y salpicar al de al lado. Deberíamos tener todos nuestro soberbiómetro, y activar nuestro campo magnético en el rango de los nueve metros y huir, correr, corre,
Forrest, corre.
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