sábado, 21 de julio de 2012

La noche de la Xochicalco


“Si la música estuviera prohibida pensaría seriamente en el suicidio”, me dijo hace un par de años Pedro Beas, uno de los iniciadores y actuales elementos del colectivo Nortec Collective. Beas se identifica como Hiperboreal y se dedica a crear música desde hace 15 años con una mezcla de ritmos electrónicos y elementos norteños.
Su música tiene que ver con una visión particular de la vida en la ciudad de Tijuana, utilizando acordeón, bajo sexto, tuba, y dándole un tratamiento musical enfocado en la música electrónica.
Son las 11 de la noche del viernes 13 de julio. La Universidad Xochicalco por primera vez en su historia organiza un concierto de esta magnitud. Estamos celebrando el séptimo aniversario de la revista La huella del coyote. En el estacionamiento del campus se ha montado un escenario con pantallas, puentes, iluminación. La sola instalación de la producción llevó 12 horas de trabajo, pero esta noche los asistentes, aunque no son multitud, saben muy bien a lo que han venido.
Las luces iluminan el escenario en la Universidad Xochicalco. Antes de Hiperboreal, los cinco músicos de Takón Machine calentaron ya el ambiente haciendo bailar a la concurrencia. Carlos Martínez “El Kalah”, como animador de la noche, presenta a la banda completa.
Y suben al escenario Ricardo Lugo en el bajo sexto, Gerardo Espiricueta con su acordeón, la vocalista Radha Murillo —bailarina profesional de danza y cantante de ópera, quien viajó desde Monterrey—, Ramón Ontiveros en la tuba, Nayar Parada en la trompeta, Alejandro Navarro en los efectos visuales, Carlos Keller en la trompeta. Hiperboreal (palabra relativa a quienes habitan las regiones en el extremo norte), se instala al fondo del escenario, utiliza una laptop y secuencias que, como caja de Pandora artillada de sonidos, empieza a mostrar su más reciente disco, Border Revólver.
En 1999 un grupo de amigos en Tijuana, luego de abrevar toda la vida de la música electrónica extranjera, comenzaron a experimentar con otros sonidos: pistas con tambora y acordeón. Las fueron mezclando. Dieron en el clavo. Dos de los miembros de Nortec Collective, Bostich y Fussible han sido nominados al Grammy Latino por su álbum Tijuana Sound Machine.
“Escucho tanta música y tan variada, que mi vida entera la podría narrar con portadas de discos y canciones”, me contó Pedro Beas en aquella ocasión. Seguramente, lleno de música, de ese universo de sonidos vitales surgió su propio lenguaje musical.
La voz de Radha, con ese soul característico y un atuendo de gala, el dominio del escenario de Ricardo Lugo en el bajo sexto que hacía vibrar su instrumento como si fuera un arma, y los largos vibratos del acordeón de Gerardo Espiricueta, con pleno dominio del norteño, fue lo que le dio al concierto un esplendor en la intensa noche de Xochicalco.


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