Margarito Cuéllar es uno de esos escritores que ha podido constatar,
con sus propios ojos tradiciones y costumbres de diversos países.
Margarito
me pidió que lo ayudara a manejar para hacer unas compras navideñas
en Laredo, Texas, a 220 kilómetros al norte de Monterrey. En su Neón
azul por la pista de cuota, un ave se levanta lentamente desde el
ancho camellón y no alcanza a cruzar cuando el parabrisas la golpea
a 150 kilómetros por hora. Aprieto los dientes y el volante y me
hago uno con el automóvil, que no deberá moverse de su trayectoria.
Ninguno de los dos dice nada.
Con Ramón Díaz, Ju Yiang y Sun. |
Eso
fue en el año 2008 y ahora recordamos por teléfono ese trayecto,
no habíamos hablado nunca de esa anécdota de viaje, él en
Monterrey a 2 mil kilómetros de distancia y siete años después,
incluso fue antes que se le presentara un imprevisto más agresivo en
su camino: el del cáncer, un ave negra que lo tuvo un año en
tratamiento. Le pregunto si la enfermedad no es un viaje. Él está
de acuerdo con la metáfora.
En la firma de libros, el día de la conferencia, en China. |
Lo piensa un momento y me explica: “La enfermedad es un viaje a tu estado de salud, —me dice por teléfono, de forma pausada— es una forma de rendirte cuentas a ti mismo y revisar qué está pasando en tus ciudades y en tus calles que componen tu organismo. Finalmente es una forma de enfrentarte a paisajes muy luminosos y a paisajes muy oscuros. Y es una forma también de reconocer tu propio terreno, y tu propio cielo de alguna manera. Sí me parece que la enfermedad es una metáfora de las posibilidades de la vida”.
Eso
pasó en el 2011. No sólo venció a la enfermedad sino que continúa
viajando a la más leve provocación.
EL VIAJE A CHINA
Más de 15 veces a Colombia,
también a Ecuador, España, Alemania y en septiembre pasado fue
invitado a China, al International Literature Festival, en la ciudad
de Kunming, organizado por la Universidad Normal de Yunnan.
En realidad este era su auto. |
“La
mayoría del público eran estudiantes. Cada actividad duraba dos
horas, incluyendo la traducción cuando era el caso. Yo leí mis
poemas, previamente traducidos al chino y leí una ponencia de media
hora titulada ‘Por qué escribo’”.
En un templo de Lao Tse. |
Aunque
nació en San Luis Potosí en 1956, vive en Monterrey desde los 16,
edad en la que empezó a escribir. Su primer libro lo publicó a los
26, en 1982; de entonces a la fecha ha obtenido dos premios
nacionales y el Premio Internacional de Poesía de Radio Francia
Internacional en el 2003. Sus antologías, como la de Vientos
del siglo. Poetas mexicanos 1950-1982, que
le publicó la UNAM y la UANL y que coordinó es uno de los recuentos
más serios sobre el quehacer poético de nuestro país.
Para el poeta y editor los diarios de viaje son herramientas de la memoria. Tengo un diario de Madrid —me cuenta al teléfono— tengo un diario de Guadalajara, tengo un diario de China, el único viaje en el que no hice diario fue a Alemania. Me deslumbró tanto el orden, tanta perfección que me quedé sólo con esa visión en la memoria; es un diario de la memoria que no escribí.
En el centro de Kunming. |
DIARIOS DE VIAJE
Celebración del medio Otoño. |
Por
ahora la autopista está despejada. Margarito está preparando tres
libros más, que
se sumarán a los más de
20 que lleva hasta el momento, producto de sus diarios de viaje.
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