martes, 26 de abril de 2016

Endecasílabo

En clase, para ilustrar cómo se escucha el verso endecasílabo, sólo se me ocurrió una letra:


Yo quiero que me toque una cumbita
yo quiero que la baile Maribel
quiero ver su preciosa figurita
moviendo los pies, los pies.

domingo, 24 de abril de 2016

Observación, opinión, juicio

Quiero saber eso que hace un maestro mío: Ante algo nuevo (un libro, una canción, una persona, una idea) se acerca, se asoma y suspende cualquier juicio. Hace alguna pregunta si es el caso pero rara vez emite una opinión. Incluso si alguien se lo preguntara, no diría su opinión o expresaría una parte muy pequeña. Una breve y significativa. Pareciera como si todo escuchara y todo grabara.

¿Recuerdan la película Charly y la fábrica de chocolate? Bueno, pues él es la fábrica de pensamientos que de vez en cuando me da un chocolate para que lo chupe.


martes, 19 de abril de 2016

Florecer


Sobre la sangre de una mujer matada
debe florecer la conciencia permanente

Tras el fogonazo contra una mujer matada
debe callarse para siempre la mirada mal habida

En qué parte de las gónadas se establece
que debemos exterminar lo que deseamos

Sobre el altar de una mujer matada
deberá oler siempre a holocausto del absurdo

Por qué empeñarse en ser noche
si se puede ser cuidador de jardines




jueves, 14 de abril de 2016

Encariñarse

Me he fijado que hay una tendencia a encariñarse de la piedra sobre la cual se llora.

miércoles, 13 de abril de 2016

Ética como deleite

No soy ejemplo de nada, pero sí tengo los ojos suficientes para darme cuenta que, sin importar creencias, profesiones, lugar social, partidos, apellidos ni, obviamente, posesiones, puede haber algo esencial en el comportamiento de las personas que tiene que ver con la ética.
Habrá que ignorar, creencias, profesiones, colores y posesiones para poder ver con ese deleite de la vida, actitudes que denoten esa preocupación. Y bueno, también son ejemplo para mí.

martes, 12 de abril de 2016

Años de estudiante



A muchos, me da la impresión que a la mayoría, la escuela, es decir, la universidad, les pasa como una fila burocrática, un lugar en el que hay que permanecer por cierto tiempo pero que al final, en cuanto a tu forma de pensar, sales casi como entraste, sólo que con un trámite resuelto y palomeado.

Para mí fue muy distinto. La primera parte de mi formación la recibí en mi casa, la segunda en la Facultad de Filosofía y Letras. Ahí tuve a dos maestros que fueron ancla y vela, puerto y embarcación, para el pensamiento y para el borrador de futuro que entonces eran unos apuntes de dos líneas.
Mi vida ahí dio un vuelco, tomó otro cauce. Fue el antes y el después. Uno de los dos maestros y el principal —en lo académico y de vida— fue Genaro, de quien ya he hablado en otros momentos, pero pondré una liga aquí. El otro es César Reza, a cuyas clases de Lenguaje y Razonamiento asistía de oyente mientras aún no cumplía los 18 años y estudiaba en segundo semestre de Ingeniería. Luego César impartió la materia de Persona y Sociedad y también lo seguí.

Tengo muchos recuerdos de él, la gran mayoría dentro del aula. Por ejemplo, que nunca llevaba apuntes ni dictaba nada, iba tejiendo un discurso sin perder el hilo y sin dárselas de profesor. Sí, tejía para alguien, pero los asistentes, al menos a eso iba yo, acudía a verlo tejer argumentos, ideas. A escucharlo pensar y, más exactamente, a hacer pensar. Pocas cosas pueden ser tan determinantes como hacer pensar a alguien tan joven, y que ese joven se cuestione. Sí, iba a disfrutar de vacaciones, tal vez buscaba otros sentidos a las cosas, algunos que mi curiosidad me decía que podía andar por ahí.

Creo que no todos lo tomaban del mismo modo. Conocí a quien afirmó que a causa de César, perdió su fe religiosa. Algún otro afuera, opinaba que era muy mamón, pero yo nunca lo vi creído ni arrogante. Yo iba con gran gusto como se va a una fiesta o a un concierto. En esos años no era consciente de que el conjunto de ideas que uno adopta como propias, se pueden ir tomando por el camino, de la familia, de las lecturas, los amigos y los maestros. Creo que lo más común es que se adquieran en la familia y poco o nada se muevan después —para qué, si ni necesidad hay.

Para mí los años en la facultad —primero tres años de oyente y luego otros seis y medio cursando las materias— no fue una fila para hacer un trámite, sino que fue una reforma desde los cimientos.

Hoy, mientras caminaba, y que pensaba como muchas veces en lo que hombres y mujeres hacemos distinto, recordé una frase que César hace muchos años, no estoy seguro si la escribió en el pizarrón, pero sí que la dijo, fue:


"Las mujeres son las que paren a los hijos"

  

lunes, 11 de abril de 2016

Generación tecnológica

Cuando los de mi generación nacimos, no existía el internet, los teléfonos celulares, ni mucho menos las redes sociales. La primera noticia que tuve de un cajero automático fue por mi papá a mis 10 años, en 1982, pero tardé otros tantos años en usar uno. El sueño tecnológico más alucinante de mi infancia fue la posibilidad de ver capítulos atrasados de Rin tin tin o El Llanero Solitario. Un sueño no cumplido porque en mi casa nunca compramos videcasetera. A mediados de los 80 veía Los Chicos Computarizados, una serie en la que el protagonista se comunicaba por medio de una computadora con otras personas. Es decir, chateaba.
Todo fue muy rápido. Ahora mismo tengo sobre mi mesa un teléfono que tiene Watsap. No me deja de soprender, y además no quiero nunca dejar de sorprenderme de la forma en que la tecnología ha modificado la forma de comunicarnos, la manera de estar en el mundo.
De no haber tenido internet no habría conocido a Carmen y no me habría cambiado de ciudad. Tampoco habría escuchado a Eugenia hace un rato y me habría dado por escribir esto.

Conocí a Eugenia en los scouts, pertenecíamos a diferentes grupos, pero fue en una fiesta. Yo debía tener 20 y ella 17. Convivimos unos meses luego nos distanciamos un poco. Cuando estaba en quinto, ya en Letras, ella entró a primero, a Sociología. Un semestre entero conviví con el grupito de amigos de su salón. Aún tengo algún contacto con varios y uno de ellos me recomendó al final de mi carrera para que tuviera mi primera chamba.
Eugenia tuvo un hijo, El Grillo, que nació como en 2000 o 2001. Por el 2003 se fue a vivir a León. Un día coincidimos en Monterrey y nos tomamos un café, ya en el 2010. Yo creo que desde 1997 en adelante nos vimos máximo tres veces. pero mantuvimos el contacto, primero por correo electrónico, después por el Facebook.
En el 2014 a Eugenia le detectaron cáncer. Fueron meses difíciles. Hablábamos por teléfono, luego usamos el Watsap,nos grabábamos mensajitos. El 11 de julio me escribió que tenía miedo. No la libraba y estaba sufriendo mucho. Le pregunte si quería irse ya y me contestó que sí. ¿Ya te despediste de todos?, le volví a preguntar. "Aún no de ti".
Hablamos un poco más por mensajitos. El 26 de julio recibí un mensaje, era del teléfono de Eugenia, pero el mensaje lo mandaba si hermana.
Se había ido.
El Watsap nos mantuvo unidos y aún no me animo a borrar sus mensajes. El mes pasado le escribí "Buenos días". Pero ya no me iba a contestar.

domingo, 10 de abril de 2016

Pensar bien

Gastón Bachelard.
Me gusta pensar. Sólo es eso. Tengo mis temas recurrentes pero en general me causa una mezcla de emoción y curiosidad mirar el llamado mundo de las ideas que está muy conectado con observar comportamientos. Es apasionante descubrir por uno mismo las conexiones entre las ideas, las creencias, los principios y las pasiones. Sí, miles de personas han dicho y escrito millones de páginas sobre esto, pero yo no lo hago necesariamente por aprender en el sentido tradicional, sino por el gusto de recorrer por mí mismo ese camino guiado por las señales del camino que otros han dejado. Quizá la palabra más precisa sea comprender. Si nos ponemos técnicos, todo esto pasa por la palabra, por el discurso, pero ese es otro capítulo.

Pensar es apasionante y la leña a ese fuego suele ser la lectura, el cine y la conversación.

Escribo esto para poner un poco en orden lo que pienso de pensar, pero tengo la sensación de que me quedo corto. En este punto recuerdo dos citas, una atribuida a Baruch Spinoza que refleja la tranqulidad que puede proporcionar la actividad de la mente:

No llores, no te enojes: comprende.

La otra cita es de Gastón Bachelart y la pegó Ángela en su muro hace tres días. La traducción aproximada sería:

Si uno no se siente como de vacaciones cuando piensa, entonces no está pensando bien

Me gustó mucho y estoy de acuerdo, creo que es una buena definición para mí. Pensar es sentirse como que estás de vacaciones. Creo que en mi caso esas vacaciones me han ayudado a hacer más ligera las otras actividades de la vida.


sábado, 9 de abril de 2016

Risa y seducción

Pareciera que hubiera una relación entre la capacidad de un varón de hacer reír, y cierta facultad suya de seducción.

viernes, 8 de abril de 2016

Patrocinios de las tarjetas de la Colección Postkarte

Hasta la fecha se han impreso más de 2 mil tarjetas, cada una con un poema o minicuento. La Colección Postkarte se ha soltado a navegar de mano en mano en las ciudades de Ensenada, BC; Tijuana, BC; Monterrey, NL y el Distrito Federal.

Algunos de los patrocinadores son los siguientes.

¿Desea usted, amable lector, que las tarjetas coleccionables Postkarte, una a una se publiquen en este espacio? Deje un comentario y con 10 respuestas afirmativas o negativos, subimos los la imagen con los textos.





domingo, 3 de abril de 2016

Iniciativa todo terreno

Para enriquecer la declaración 3 por 3, propongo que ahora le llamen "Todo terreno". Una declaración 4X4 que certifique, además de la declaración patrimonial, fiscal y de intereses, que el nombre del interesado no aparece en los llamados Papeles de Panamá. #PanamaPapers.

viernes, 1 de abril de 2016

Una voz popular

La cantante Selena es una muestra de la cultura popular nacida y encumbrada por un sector norteamericano pero orgulloso de sus raíces mexicanas



Hay expresiones que son rápidamente aceptadas por amplios sectores de la población debido a que éstos encuentran en esas formas expresivas un reflejo de su sentir. De cierto modo esas voces se vuelven “representantes” de una comunidad que de tanto en tanto adoptan y encumbran a quien creen que reúne aspectos dignos de ser admirados, pero que emergió de una comunidad que de ese mismo colectivo.
El concepto de cultura popular se refiere principalmente a esas expresiones folclóricas que surgen de las clases populares y que reflejan sistemas de creencias y valores colectivos y que pueden o no llegar a salir de su geografía de nacimiento.
Entre las expresiones de cultura popular podemos encontrar la lucha libre, los inicios del rock, los cómics y el grafitti. Entre todas ellas, la música es una de las de mayor influencia debido a su accesibilidad, a las emociones que remueve y a la “duradera” impresión mental que produce en el receptor.
En México, uno de los ritmos musicales de mayor aceptación de las últimas cinco décadas es la cumbia, especialmente en las clases populares o sencillamente en quienes ven un símbolo de identidad en ese ritmo. A principios de los noventa, Selena Quintanilla, una chica nacida en el poblado costero de Lake Jackson, en Texas en 1971, pero criada desde toda la vida en la ciudad texana de Corpus Christi, Estados Unidos comenzó a sonar en la región. Sus padres habían emigrado de México en la década de los cincuenta y se establecieron en Lake Jackson, para trasladarse luego a Corpus a finales de los ochenta. Tuvo una carrera breve pero frenética. Selena fue asesinada el 31 de marzo de 1995 en un momento de mucho auge. En una época en la que no existían las redes sociales, ganó un premio Grammy en 1994 al mejor disco, 10 premios de 12 nominaciones del premio Lo Nuestro y en números generales obtuvo 66 premios de 83 nominaciones.
Su éxito comercial fue evidente, también fue cierto que Selena (pronunciado “Selina” por sus seguidores) brotó de una cultura popular para estar cada vez más cerca de los reflectores comerciales.
Al menos eso opina Luis Alfonso Gutiérrez, quien creció en Monterrey y que en más de una ocasión presenció una baile de Selena en su ciudad natal.
“Para mí fue como todo lo bueno, se vuelve comercial y pierde su encanto”, explica, “en su momento su carisma vino a terminar de ubicar este género (el Tex-Mex), como toda una época, después la quisieron volver estrella de Televisa y ahí ya no fue lo mismo. Aquí (en Monterrey) tuvo mucho impulso; me tocó verla en el Far West y en el Rodeo de Media Noche”.
Para Miguel Angel Arritola, periodista de espectáculos por más de 25 años, Selena es un fenómeno que no ha podido ser remplazado: “Sigue siendo una súper estrella porque aun ahora no hay quién ocupe su lugar. De  hecho, con ella murió el género Tex Mex”. El periodista, quien la entrevistó en dos ocasiones, la describe así: “Todo mundo recuerda su forma de vestir. Su figura sensual... su peculiar manera de atender a sus fans. Ella marcó un lazo muy importante con sus admiradores. Era muy terrenal pero a la vez inalcanzable, manejaba mucho y sin querer, ese aire de ‘diva’ que hoy nadie tiene...”.
Para otros no hace falta haber vivido en aquella época para apreciar su carisma y su energía. Como es el caso de la cantante Ilse McCarthy, de 22 años, quien ha incluido algunas piezas en su circuito de presentaciones tanto en Ensenada como en la región: “Me encanta la naturalidad con la que cantaba, como si estuviera en una reunión familiar y no frente a miles de personas, me gusta esa intimidad, como si casi pudiera ser ella o más bien, cantar con ella. Me gusta esa energía natural. Se lo admiro y me gustaría poder transmitirlo al yo estar en el escenario”.
Selena Quintanilla Pérez probablemente seguirá siendo parte de la cultura popular de nuestro país, o quizá más precisamente, de los mexicoamericanos que gustan de bailar y recordar la mezcla de sus raíces que se tejen tanto como los géneros que escuchan.