jueves, 28 de junio de 2018

Un par de carretas



Por qué cada vez que alguien dice: "Pueden más un par de tetas que un par de carretas" hay cierta inconformidad con esa decisión del varón, pero se le acepta con un resignado desdén.
Se la he escuchado a una suegra refiriéndose a su hijo en relación con la nuera, pero también a amigos, mujeres, hombres. Sí, el poderío del cuerpo femenino sobre el deseo masculino es un lugar común pero ¿por qué señalarlo? Se le señala, pienso, porque es la única explicación posible, y dicha condición es inevitable.
Me parece que la expresión implica un sesgo sexista, como declarar: "Al final de cuentas se trata de un varón y, nos guste o no, está atrapado en esa condición y no hay nada que hacer, aceptemos lo inevitable". No sé, pensaba en eso.

miércoles, 27 de junio de 2018

Perros que ladran



Una de mis labores implica manejar un vehículo. Por la calle se puede decir que convivo lo mismo con automovilistas que con traileros. Noto que hay lugares donde los perros le ladran mucho a los carros que pasan. Bueno, exactamente de la misma forma en que muchos tipos le tiran los perros a mi mujer. Ladran mucho esos sujetos y hay que estarlos espantando o poniendo a raya. En algunos casos es acoso de baja intensidad y es molesto. Pero a lo que voy es que me siento raro porque nunca me había pasado eso, que a mi pareja la pretendan tantos, aunque no me extraña porque al ser muy hermosa es obvio que levanta pasiones, y de la gente más inesperada eso es lo más curioso. En fin, yo fui el ganón y los perros que ladran poco a poco irán dejando de correr tras una rueda que no podrán alcanzar. Nomás les queda soñar y que sólo en sus fantasías se cumplan sus deseos. Lástima.

lunes, 18 de junio de 2018

Altibajos


Los altibajos me cansan muy pronto.
Cuando algo está en mi manos al menos puedo hacer algo.
No me gusta poner asuntos importantes en manos de otros.
Me meto a mi cueva por un tiempo. Días u horas.
Fui yo quien eligió mi camino. Y quiero seguir eligiendo siempre.

miércoles, 13 de junio de 2018

Estadios mundialistas




Doy por hecho que el estadio de los Rayados y quizá también el Universitario, ambos en Nuevo León, sean sede de algún partido del Mundial de Futbol 2026. Seguro estoy que hoy miércoles 13 de junio algunos empresarios están trabajando ya en cómo capitalizar esa derrama producto del turismo deportivo, la proyección de la ciudad (área metropolitana) y la publicidad en general, además de posibles inversiones. 
Deseo que algún día Ensenada, que es una ciudad con un potencial enorme en cuanto destino turístico e industrias verdes, pueda destacar en nuestro país como lo que es, una ciudad de gran valor para los que hemos disfrutado por años de ella. Con más visión se pueden tener resultados de mayor alcance. Sé que uno de los próximos alcaldes lo hará.

Andrés





La mamá decía que se llamara Andrés Manuel, como un politico a quien ella le seguía la pista desde el año noventa, cuando presentó su tercer libro y dirigía un partido en su estado natal. Al papá le gustaba el Andrés, pero el Manuel le reventaba las pelotas. Manuel definitivamente no. El papá tenía un amigo Daniel y el nombre sonaba mucho mejor. Triunfó la democracia y se quedó Andrés Daniel, mitad como el amigo, mitad como el político aquel que 17 años después estaría muy cerca de obtener la presidencia del país. El nombre de Andrés tiene dos décadas de rondar por estos pasillos. 
Recientemente la gente repite un apodo impuesto por los medios, la gente repite AMLO, dice AMLO pallá, AMLO pacá, repite AMLO y a mí me suena como a producto comercial. No sé si Andrés el tabasqueño llegue a presidente, parece que sí. La mamá del Andrés Daniel me lo dijo un día, allá por el 96. Dijo: "éste se va a lanzar para presidente y va a llegar". Un carajo me importaba quién sería presidente quién sabe cuándo. Miro muchos años atrás y veo que Andrés Manuel sigue en lo suyo, pero el nombre de Andrés Daniel me parece mucho más hermoso.

miércoles, 6 de junio de 2018

Libertad




Cuando la conocí había vivido en cuatro o cinco lugares del mundo. Su proyecto más visible era vivir, pero no podía ubicarla como la hippie que vende pulseras afuera de la universidad y es enemiga del agua. Había estudiado traducción en la universidad de su ciudad natal, en un país de Sudamérica y en algunos sitios dio clases de inglés, idioma que la conectaba con casi todo el mundo. No parecía preocuparle su futuro económico ni algún patrimonio. Tampoco, y esto sí lo decía textualmente, había pensando en casarse.
Se entusiasmaba con cosas a veces para mí tan simples que sin quererlo permanecía alerta a su nuevo descubrimiento. Sus hallazgos eran sencillos y su disfrute de la vida era la de una niña de cinco años que ha sido amada. Yo le encontraba parecido físico con Sabina Berman pero con el espíritu lúdico de Amélie (Audrey Tautou) y claro, políticamente incorrecta. Yo tenía cerca de 30 años, ella unos cinco años mayor.
Un día apareció su exnovio australiano con quien iniciaría un negocio en México. Un joven que creció en  una colonia de San Nicolás de los Garza, el conservador noreste de México, no iba a entender nunca que ellos se vieran y ya no pasara nada de nada. Si fueron pareja, pensaba, no iban nunca a ser amigos.
Con ella no entendí casi nada, casi nada cuadraba y disfruté casi todo. Pero no pude seguirle el paso y un día desapareció de mi vida. Había vivido de forma tan libre en tantos lugares y durante tanto tiempo que no pude aguantarle el paso. Hoy pienso que ella me orilló a pensar de otra manera algunas cuestiones del amor, los viajes y la pareja. Su forma de vida cuestionó profundamente la mía, pero no me di cuenta de nada en ese momento, porque en ese entonces también saqué cosas que luego me avergonzaron y ni siquiera sabía que tenía. Carajo, simplemente no estuve a la altura.

No volví a saber de ella ni nadie me supo decir a dónde se fue.

Debe tener 50 años y quizá viva en Australia o en Japón. Era sin duda una persona muy rara.