domingo, 22 de octubre de 2023

«México, siempre fiel»


A la memoria de Gerardo Ortega Magaña y de don Heberto Peterson

El papa Francisco cumplió en marzo pasado su primera década como cabeza de la Iglesia católica, y cada año que pasa es menos probable que convoque a un nuevo Concilio, esas reuniones deliberatorias que representan el acto supremo de la colegialidad de la jerarquía católica y que dictan los nuevos rumbos de acuerdo a los tiempos que le tocan. Y hoy no son buenos tiempos.

Han pasado casi 45 años del "México, siempre fiel", que Juan Pablo II pronunció en Puebla el 28 de enero de 1979 reventando la apoteosis religiosa más grande del México moderno. Fue desde ese primero de sus cinco viajes a nuestro país que el obispo Wojtyla, el Papa Viajero comenzó a forjar su fama de buen comunicador.

Pero algo pasó en el camino.

Según datos del Inegi, el porcentaje de católicos en México ha bajado de 88 a 85.4 a 78 por ciento, en los años 2000, 2010 y 2020 respectivamente. En este último año, de acuerdo con Alejandro Díaz Dominguez en un artículo de febrero de 2021, "las tres entidades con la mayor proporción de personas sin religión son Quintana Roo (22.5%), Baja California (20.4%) y Ciudad de México (15.6%)".

Además de este descenso, en el periodo de 2010 a 2020, el porcentaje de fieles de la iglesias protestantes y evangélicas aumentó de 7.5 a 11.2 por ciento.

Y esta tendencia no parece modificarse.

Es probable que este comportamiento estadístico esté relacionado con varios factores que se han convertido en retos por resolver, algunos de índole legal, otras de tipo doctrinal y otras más del ámbito pastoral.

Según el sitio BishopAccountability.org, distintas diócesis de Estados Unidos han publicado una lista de 7 mil sacerdotes con "acusaciones creíbles de abuso sexual a menores". En México, la impunidad de la que gozó el padre Marcial Maciel Degollado ha sido un lastre, doloroso, lejos de la caridad cristiana y de la justicia divina o laica.

El papa Francisco, el más progresista hasta el momento, ha abierto la puerta a los divorciados vueltos a casar para recibirlos. "No están excomulgados", dice. "Pueden encontrarse en situaciones muy diferentes que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas".

No sabemos textualmente a qué se refiere con afirmaciones demasiado rígidas, pero el Código de Derecho Canónico, ese conjunto de normas jurídicas que rigen la organización de la Iglesia, sí es muy claro: "No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave" (CDC. no. 915).

En cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, Francisco, a diferencia de Benedicto XVI y Juan Pablo II, se ha mostrado más flexible. Al menos en su discurso, Sus declaraciones a veces parecen correr hacia la apertura y en otros momentos son delimitadas desde el dogma doctrinal. En 2020, en el documental Franceso, dijo: «Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por ello. Lo que tenemos que tenemos que crear es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente».

En una carta del nuncio del Vaticano en México, Franco Coppola, aclararía que el Papa se refería a dos preguntas en el documental hechas en momentos diferentes, lo que había creado confusión. El Papa, dijo Coppola, se había referido "'a los derechos de estas personas a tener cierta protección legal', pero que esto no significaba un cambio en la doctrina de la Iglesia, que rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo".

Sobre la ordenación de mujeres como sacerdotes, el Papa ha dicho que «no se puede entender una Iglesia sin mujeres». Sin embargo la respuesta es no. «Lo ha dicho Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. Ésa está cerrada, esa puerta, pero sobre esto quiero decirle algo. Ya lo he dicho pero lo repito. La Virgen María es más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes».

En cambio, acerca del celibato sacerdotal, su opinión es mucho más abierta. Aunque el tema data del siglo IV, diversos Concilios y sínodos han reafirmado la exigencia de la castidad en el sacerdocio a lo largo de los siglos. El actual Código de Derecho Canónico (1983):

«Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato, que es un don peculiar de Dios mediante el cual los ministros sagrados pueden unirse más fácilmente a Cristo con un corazón entero y dedicarse con mayor libertad al servicio de Dios y de los hombres» (CDC 277, 1).

Francisco no descarta la posibilidad de revisar el celibato sacerdotal. En marzo de 2023, en una entrevista recogida por Europa Press, señaló que este ordenamiento es "una prescripción temporal en la Iglesia oriental", y recordó que "no hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar".

«El celibato en la Iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no te guste. Que dejes o no dejes es otro tema, pero es para siempre. En cambio, el celibato es una disciplina.»

A pesar de esto, el Papa es escéptico con la idea de que anulando la obligación de celibato, se incrementen las ordenaciones sacerdotales.

Es difícil que Francisco llame a un Concilio durante su papado, aun y cuando la Iglesia requiere redefinir su dirección (no necesariamente sus dogmas) que vayan acorde a los tiempos actuales, si es que desea que no le sigan "comiendo el mandado".

Aunque no es lo mismo que un Concilio, se está llevando a cabo ese órgano consultivo que es la Asamblea General del Sínodo de Obispos (del 4 al 29 de octubre de 2023) que tiene como título "Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión". Recordemos que el término sínodo significa "caminar juntos". Veamos en qué sentido se amplia esta participación de la que se habla, cómo se capitaliza el concepto de comunión y como se difunde la misión a la que hace alusión la Asamblea. ¿Avanzará la Iglesia hacia la modernidad?

Si a usted le interesa el tema, le sugiero que le siga la huella a los obispos, a los dubia y, de paso, si le parece, échele un ojo a Nathalie Becquart, una monja francesa de 54 años que es la primera mujer con derecho a voto en este tipo de reunión de hombres, quiero decir, de obispos.

Becquart, subsecretaria del sínodo episcopal, está causando sensación en el Vaticano. Quizá ella se convierta en un símbolo (o termómetro) de apertura.








martes, 18 de abril de 2023

Opinión de Esther Vilar sobre la belleza de los hombres



«Es una gran suerte para las mujeres adultas el que los varones no se consideren hermosos. Y eso que la mayoría de ellos lo es. Con sus cuerpos tensos, entrenados por el trabajo, sus amplias espaldas, sus piernas musculosas, sus melodiosas voces, su risa cálida, humana, su expresión inteligente y sus movimientos equilibrados —porque tienen sentido—, los varones superan todo lo que puede ofrecer la mujer incluso desde el punto de vista puramente animal. Y como trabajan, a diferencia de la mujer, y utilizan constantemente su cuerpo con sentido, éste sigue manteniéndose hermoso o durante más tiempo que el cuerpo de la mujer que, a causa de la falta de entrenamiento, decae rápidamente y, pasados los cincuenta años, no es ya más que un montón desordenado de células humanas (obsérvese por la calle el aspecto de las mujeres de cincuenta años dedicadas a sus labores y compáresele con el de los varones de la misma edad).

«Pero los varones no saben que son hermosos. Nadie se lo dice. Es corriente disparatar acerca de la "gracia" de las mujeres, del "conmovedor atractivo" de los niños, del "encanto" del mundo animal. Pero cuando se trata del varón, se elogia a lo sumo su valentía, su coraje, su resolución, en suma, las cualidades que se refieren a su utilizabilidad para los fines de las mujeres, y no a su aspecto externo.

«Probablemente no hay —aparte de los tratados médicos— ninguna descripción del varón que se ocupe largamente de la forma de sus labios, del color de sus ojos bajo tal o cual iluminación, de la abundancia de sus cabellos, de la suavidad de sus tetillas o de la equilibrada regularidad de su escroto. Y el varón mismo se asombraría y se divertiría muchísimo si se le elogiara por esas características de su cuerpo. «El varón no está acostumbrado a que se hable de su aspecto. La mujer adulta, que suele ser fea y tendría, pues, motivo suficiente para darse a la admiración del varón (tiempo para ello le sobraría), no le ve siquiera. No por malicia, ni menos por cálculo, sino porque para ella el varón es una especie de máquina que produce valores materiales. Y nadie juzga a una máquina por sus valores estéticos, sino desde puntos de vista funcionales.

«Lo mismo piensa el varón y así se juzga a sí mismo. Los varones están tan intensamente insertos en el proceso de trabajo y quedan tan desgastados cada día por la permanente lucha competitiva que no pueden contemplarse con distanciación. Pero, ante todo, lo que pasa es que los varones no quieren siquiera saber si son hermosos o feos. Para que su lucha tenga sentido, son las mujeres las que tienen que ser hermosas, desvalidas, adorables. Por eso, a falta de definición precisa de sus contradictorias impresiones, las llaman "el bello sexo"».

El varón domado, 1971.

Criterios para pareja

 


Difícilmente una mujer mínimamente trabajada se va a fijar en una hombre flojo, inútil, falto de iniciativa, bueno para nada, como para tenerlo de pareja.

En cambio, los varones somos capaces de elegir una mujer floja, falta de iniciativa, atenida, a quien no se le admire por sus logros, para tenerla de pareja.

Mientras haya acuerdo, todo está bien con eso. Sólo quería señalar el contraste. Gracias.



 



domingo, 20 de noviembre de 2022

Lo de mayor valor

 





Aquello de mayor valor que un hombre le puede regalar a una mujer* con quien desea una relación de pareja es algo que no se puede contabilizar. 


                                        Es el compromiso (casi nada).


Entender y no perder de vista esta enorme verdad desde que uno es muy joven puede ahorrar entre 40 y 100 Giga Joules de energía. 


*Es un volumen aparte el asunto de si ella desea lo mismo, pero supongamos que en este caso sí.


jueves, 21 de julio de 2022

Una contradicción, con fruición

Es de resaltar que, aunque una mujer sea feminista, en determinados contextos expresará frases completamente antifeministas.

martes, 11 de enero de 2022

Tesoro divino

 

Ser joven, de entre los 14 y los 24 o 25 años es un regalo que tiene un precio muy ingrato y alevoso.

    El regalo es contar con sueños hermosos, elaborar el borrador de una vida cuyo guion se olvida a veces en la banca de un parque y malversar hermosamente carretadas de tiempo en pasatiempos, aficiones y otros sueños más hermosos que los primeros. 

    El precio que se paga es extemporáneo, irónico y socarrón. Consiste en que no te des cuenta que era una fortuna hasta que ese regalo se haya agotado por completo.




lunes, 27 de diciembre de 2021

Primera tesis del mundo cultural

Un creador es capaz de pagar por ser leído, escuchado, visto. Esto en sí mismo no es malo ni bueno. Si hay talento y calidad, pagar puede acelerar que llegue más pronto a un mayor número de gente que recibirá dicha propuesta como de gran valor. Incluso lo agradecerá.

El punto es que a veces hace falta trabajar sobre ese talento y, por su parte, el ego apresura la necesidad de reconocimiento. 

La gran hazaña continuada es el equilibrio entre ambos.

Dicho sea de paso, en todo esto hay lana de por medio. Desde o hacia el artista.






domingo, 26 de diciembre de 2021

¿Sujeción social de las mujeres?

Una de las grandes ventajas y al mismo tiempo una de las más duras condenas que cargan socialmente las mujeres es su marcada tendencia —para bien y para mal— a hacer lo que se espera de ellas.

De igual modo, tienden a evitar los comportamientos —al menos públicamente— que no se esperan de ellas. Hablo en promedio, pues con seguridad entre las amables lectoras podrán levantar la mano más de tres contraejemplos individuales


Desconozco la razón de esto, pero acepto pistas.




lunes, 1 de noviembre de 2021

La otra cara de la moneda

He llegado a un punto de mi vida, que ya no es tanto con quién has cogido, sino con quién, habiendo tenido la oportunidad, por fortuna nunca cogiste. Ni cogerás, como dijo don Teofilito. 

Siento alivio. 

Me he librado de problemas y dificultades.  

El componente sexual arrastra consecuencias a lo largo del tiempo. Especialmente cuando sigo viendo a las mismas personas. 



sábado, 14 de agosto de 2021

El arte de conversar

 



He tenido pláticas con mucha gente, es algo que disfruto mucho. Me refiero al intercambio de ideas, experiencias, anécdotas llenas de humor de todos los colores, exposición de temas variados. 

Obviamente no siempre hay química y cada persona tenemos un ritmo y un criterio distinto para establecer a qué velocidad y hasta dónde y qué confiar a otro, dependiendo de muchos factores que ahora no vienen al caso.

Hay pláticas muy estimulantes y escasas, otras agradables, que son operativas y cotidianas, otras meramente sociales. Las que más me gustan a mí son aquellas en donde se intercambian ideas y opiniones que requieren de un poquito más de razonamiento, de poquita más de reflexión, de esa dosis del sello individual de cada uno, aquellas que se alejan de las fórmulas, los clichés (aborrezco los clichés sociales y me encantan los clichés individuales).

Tener una plática con otra persona, que mayormente es con alguien con quien se tiene al menos algo de confianza cuando no una amistad ya en forma, suele tener un patrón descendente. Es decir, se comienza con las convenciones de rigor (aunque hay vínculos muy chidos que usan sus propios códigos) y poco a poco se desciende, como si las dos personas bajaran lentamente hacia un sótano

Me gusta imaginar la escena al estilo de una biblioteca medieval como la de El nombre de la rosa y, que a la luz de las velas (la vaga luz del entendimiento) se pase de un nivel a otro de mayor profundidad (intimidad). En esa burbuja dos personas piensan hablando y construyen una conversación, pero también al menos uno, le entrega algo al otro. 

Hay un momento en el que se comunica, se menciona, un punto crucial, un sitio que yo llamo núcleo que no necesariamente es una declaración trascendental: puede ser un chisme, una preocupación, una decisión, pueden ser varias cosas; el punto es que para llegar a ese sitio, ese descenso no debe ser interrumpido, el acompañamiento debe ser más o menos sintonizado entre ambas partes y debe haber disposición a escuchar.  

Muchos tenemos algo disponible para comunicar, seguramente con la persona o las personas indicadas exclusivamente. No estoy pensando en qué tipo de vínculo hay para que esa plática se dé, estoy pensando en que la plática puede ser un arte en donde dos mentes que se respetan mutuamente, se saludan intercambiándose sus impresiones sobre el mundo.



martes, 10 de agosto de 2021

El nombre no es el problema, pero ¿cómo se llama...

 




¿Cómo se le llama la característica que tiene aquella persona destacada en su área académica, laboral o profesional, pero que elige por pareja a una persona conflictiva, en reparación o francamente dañina?¿Cómo se le llama? Es contrastante y triste esa cualidad. Además que alimenta bastante el chisme.

miércoles, 21 de julio de 2021

Combo de la paz

 


Algunos de mis compas son duchos en proveerse de compañía. En silencio, me emociona escucharlos y les celebro sus andanzas. Me da gusto por ellos. Su placer se describe igual que un descubrimiento gastronómico. 

    Hace 20 años un amigo me dijo que luego de pasar la noche con una chica salida de un téibol, por la mañana le daban ganas de meterse debajo de la cama. O de meterla a ella. O de irse de inmediato. El amor, pienso, es lo que queda después del orgasmo. Pero además, satisfecho el sexo, darían ganas de desaparecer, por una sensación de enorme hastío, soledad y sinsentido. Esto me lo haría saber otro compa y yo creo que es cierto. Aunque cada varón tiene serias variantes —y apunto yo, versiones—en su sistema operativo.

    El sexo me gusta más que otros tres lugares comunes que proveen de placer al cuerpo. El sexo es un tema complejo y muchas veces problemático, por ser una especie de material radioactivo, evanescente y huidizo y en relación, no siempre evidente, con otros ámbitos de nuestra historia, deseos y miedos. En otro momento quisiera profundizar en esto pero no ahora. Volviendo al tema, sí, me gusta, especialmente la intimidad sexual. 

Ahora bien, como escucho a otros, observo, reflexiono un poquito y tengo algunos años conociendo y  conociéndome, el mejor sexo no es sólo el que se tiene con hambre (sí, sí, al amor también podemos llamarle el viagra natural), sino al que le permite a uno permanecer en completa paz en relación con los hechos consumados, sin ningún pendiente ni apuro, sin ningún temor, culpa, incomodidad o preocupación.

Pondré un ejemplo más gráfico, el mejor sexo es aquel tras el cual, puedes mantener a la mañana siguiente una plática interesante y tranquila, digamos que acompañada de un café. Estoy obviando el tipo de pareja y el tipo de relación de la que tendría que tratarse, pero ustedes sabrán entender el no dicho. 

    Porque la paz dura más que el sexo y es más valiosa. 

    Y a mí me gusta el combo completo.
 

jueves, 17 de junio de 2021

Paradoja de quien ofrece naranjas

 


¿Verdad que una persona que ofrece primordialmente naranjas, no debería quejarse por el solo hecho de ser buscada únicamente por quien busca naranjas?

miércoles, 19 de mayo de 2021

El alto costo de ser atractiva

 



La sobreexposición que de su cuerpo hacen jovencitas, con bailes hipersexuados en redes sociales como TikTok es, en nuestra sociedad masculinizada, jugar con fuego. 

No se me mal entienda: defiendo la libertad individual de ser y comportarse cada quien como mejor le plazca; no soy amigo de la censura. Los límites serían las leyes y no chingar gente. Sí promuevo madurar criterios, es decir, ser críticos con los para qué y los cómo. Y eso se alienta principalmente con información de calidad, educación, etcétera.   

Como no tengo más religión que el agnosticismo, que ni es religión pero me gustan las pruebas del ácido para bajar el balón de las hipocresías. Como no tengo un Dios a quién temer ni una iglesia en dónde reclinarme, y porque sé que la maldad existe y los instintos son corrientes radioactivas en la sangre, por esas razones creo de alto riesgo que un sector de la población, vulnerables como las jóvenes entre 14 y 24 años, se expongan con el objetivo de ¿gustar?¿sentirse deseadas?¿erguirse por encima de otras menos agraciadas?¿obtener atención o favores?

A menos que la salida sea el sugarato, que es una forma de prostitución cuyos genes enraízan en el estilo de vida, el comercio informal y la microempresa, —en el sugarato como en muchas relaciones hetero, a la mujer se le ve como un recurso— a menos que ese sea la intención, lo que me parece legítimo siempre que no haya coerción ni violencia, las chicas contribuyen a objetalizar la imagen de la mujer, como si su compañía física, su cuerpo, sea la parte más valiosa de su aportación al mundo, es decir, un recurso

No me escandalizo, ellas muestran lo que tienen para obtener lo que no tienen (los varones también hacen un poco alarde de lo que tienen para acceder, como en el caso de las tribus de primates, a las hembras más deseadas del grupo). No me escandalizo, lo que digo es que eso tiene consecuencias indeseables.

Tiene consecuencias, por ejemplo, que a una mujer que se ha ubicado socialmente gracias a esa faceta por su belleza, se le deseche cuando ya no cumple con esos cánones. No es de sorprender. Más bien es algo parecido con lo que sucede con los boxeadores o futbolistas, que por un pocos años pueden ganar millones y luego solo el recuerdo queda; la diferencia es que ellos ya saben que su vida útil es limitada, y no van a argumentar que son guapos, inteligentes o talentosos si lo cierto es que ya no rinden para lo que antes se les pagaba.

Recientemente la actriz Charlize Theron se mostró extrañada y molesta porque en Hollywood se le invitó a participar en la película Wonder Woman. Su indignación vino cuando le aclararon que no le estaban ofreciendo el papel de la protagonista, sino para que interpretara el papel de la mamá de Wonder Woman

“Este es un gran ejemplo de cómo Hollywood te da una bofetada en la cara cuando empiezas a cumplir años. Alguien se me acercó y me dijo, ‘Oh, hay mucha acción en esta película, Wonder Woman. Queremos que seas consciente de esto.

"(...) Yo les contesté que no estaba muy familiarizada con el personaje… ‘¿Qué hace Wonder Woman?’ Y ahí fue cuando me contestaron: ‘No, es para hacer de madre de Wonder Woman’”. (Aquí la entrevista).  

 Normalizar la hipersexualización (un acto de libertad) está en la puerta de entrada de, ya sea ponerle precio a un cuerpo o bien de alentar comportamientos escindidos, como alimentar el deseo pero castigar la satisfacción de ese deseo (esto da para otra discusión, lo sé, lo sabemos).

Hace años un compa me contaba que en el desaparecido La Fe Music Hall (centro de espectáculos para conciertos y bailes) decenas de policías vigilaban a la raza porque al calor de la música, el ambiente y las chelas, la bronca era inminente, muchos asistentes eran de la clase trabajadora. 

El punto es que cuando ya empezaban los manazos, los empujones, los conatos de bronca, comenzaba el levantadero de gente para las celdas municipales y ya saben: multas. Sin embargo, la venta de cerveza no se detenía. ¿Se capta? Se le echa más fuego al instinto, pero se persigue a quienes se calientan con el incendio. 

El tema del machismo y las masculinidades lo dejamos para otro texto que, lo hago patente aquí, sí viene al caso. 

No a la violencia de género.

#capitalismo



 

jueves, 6 de mayo de 2021

Mujeriegos infieles no es pleonasmo

 


Con frecuencia me entero de casos en los que un hombre es infiel o lo fue o lo ha estado siendo, lo pescaron y por lo general hay al menos una damnificada.

Puede tratarse de un conocido, de una estrella de cine o de un cantante. La lectura que percibo en el ambiente acerca de estos hechos se traduciría en "qué mal, este cuate, lo pescaron y le fue mal". O bien: "Lo entiendo, no se pudo contener, las tentaciones estuvieron muy fuertes y cayó, qué mala onda". 

También hay una velada admiración por estos sujetos debido a su estatus económico o en general de celebridad. A muchísimas mujeres (ojo, dije muchas; mis tres lectoras ¡nunca!) les atrae ese estatus porque en su cerebro lo leen como "seguridad", "certidumbre", "certeza". Eso no es criticable en sí mismo, sólo que es muy arriesgado colocar la seguridad más en el estatus del susodicho que en la ética con la que se conduce. Un varón con prestigio y al menos algo de poder necesita muy poquito machismo para pisotear un acuerdo al que llegó con una mujer que es su pareja. A algunas les sale bien, a otras les va mal en ese juego del patrocinio a cambio de compañía. Lo mejor es no ser ingenuo, hablar claro y abrir bien los ojos (pero esa es otra historia).

No voy a justificar ni mucho menos a aprobar la infidelidad de ningún sujeto, tampoco la de ninguna morra. 

Cuando un bato con pareja tiene relaciones con otra o con otras, y sus andanzas se hacen públicas, parte de la atención se centra en quién o quiénes eran esas otras (¿jóvenes, bonitas, famosas, con un gran atractivo físico?). 

Hay factores biológicos para que las mujeres procuren, para una relación de largo plazo, como compañero de vida a un ser confiable. Esto se explica porque en el largo y lento transcurso de la evolución son ellas quienes conciben, cargan el embarazo, paren, alimentan, cuidan sumadas a otras trescientas tareas más en por los menos los siguientes 12 o 15 años en los que ella debe saber en dónde, con quién y qué está haciendo su hija o hijo menor. 

Todo esto ha contribuido para que ellas observen varios aspectos para que consideren que el pelado es de fiar (Alerta de manazo: muchas se fijan de manera muy exigente, se toman un tiempo largo, y luego de tanto pedo resulta que la cagan bien feo, porque eligen a malandros, a candidatos a formar parte del crimen organizado y de ahí para arriba; pura fichita y lástima de morras bien valiosas. Pero esa es oootra historia).

Decía que las mujeres se fijan más porque tienen más que perder. Un óvulo es mucho más caro que un espermatozoide. Después, la marca evolutiva hizo que el perfil de los candidatos se fueran afinando. Las morras más sensatas, las de mayor inteligencia emocional que son un montón, son buenas para obtener una radiografía ética del candidato, del posible galán (sepa éste o no que está siendo evaluado). 

Mi punto es el siguiente: A las morras realmente les importa poco la trayectoria, el currículo del pelado en su vida pasada en cuanto a carreras producidas, hits, jonrones, bases robadas, en su historial ginecoamoroso. No les importa a menos que pueda ser un foco de alerta para la eventual, inminente vida amorosa presente. Los medios y muchos varones cuentan como logro si el fulano tuvo que ver cuántas y qué tan atractivas. En el mercado relacional no todas las mujeres (no todas aspiran a eso) tienen la hermosa fortuna de que les pidan matrimonio con toda la parafernalia romántica etcétera. ¿Es fácil de entender eso, verdad? Exactamente del mismo modo, no todos los varones tienen la exquisita fortuna de que una mujer muy hermosa acceda (o más aún: busque) a tener un encuentro íntimo, horizontal y apasionado. Sí, eso es parte del ego y es otra historia que luego quiero tocar, pero hago la comparación para que se entienda que en el mercado del emparejamiento no todas, no corren con la misma suerte, sea lo que valore cada uno. 

*

En el tema de esto de andar circulando y la infidelidad, lo que realmente importa es hasta dónde un tipo ha madurado, se ha conocido y sabe qué le gusta y qué necesita para experimentar una vida de crecimiento y gozo.

Ser mujeriego no significa ser infiel. Se puede serlo sin hacer daño, simplemente sin engaño, es decir, no estableciendo una relación monógama para que después no se cumpla con el acuerdo. Ese es el punto de todo esto: el engaño, no la cantidad y aspecto de las mujeres que están dispuestas a tener algo íntimo con uno. 

Defiendo el goce, el placer. Y éste puede darse con una pareja únicamente o bien con varias. Pero si uno elige un camino, después tiene que ser consecuente con ello. Y ese es un trabajo personal y solitario.


miércoles, 5 de mayo de 2021

El valor de elegir a las personas

 



Con el mismo ímpetu que tuvo el millonario que nació pobre y que rechazó siempre la carencia material; con la misma entrega de la persona que cuida de manera fluida su alimentación, su actividad física y su descanso porque un día se salvó de morir de cáncer; con esa misma conciencia me tomo en serio alejarme de las personas que son nocivas, que supuran veneno tras su apariencia amistosa y, por otro lado, trabajo en acercarme, en mantener el vínculo con las personas valiosas, mis amigos pues cumplen con eso, pero tengo conocidos que es un enorme placer tratar. Son confiables, honestos, tiran buena vibra, trabajan en lo que les gusta y se les nota y tienen varias más cualidades que yo les admiro mucho. 

Hablarle muy bien a todos pero elegir con quién caminar tramos del camino debería ser una materia que se aprendiera en primaria. Es educación básica. Yo me tardé mucho tiempo y desearía que todos lo aprendieran pronto (¡vayan a terapia si lo requieren!). 

También me ha pasado que he tenido que tomar decisiones difíciles, alejarme de personas de las que no deseaba separarme pero que (tengo muchos años de experiencia en este sector de la cancha) aunque las cosas no iban mal, yo alcanzaba a ver lo que se venía tres kilómetros adelante, pues llevaba la fórmula idónea para que yo perdiera mi tranquilidad, y decidí no perderla. 

En otras ocasiones se alejaron de mí por diversas razones, pero no porque yo quisiera. Pero bueno, si no hay química, interés mutuo, las cosas no funcionan.

Pero sí, elegir con quién caminar, con quien relacionarse, es de elecciones más importantes y sanas pero de las que muy poco se habla.


martes, 27 de abril de 2021

Todos te quieren coger




El tema de la interacción entre mujeres y varones tiene dos sectores problemáticos distintos. 

Uno es el del abuso, que se ha extendido hasta asesinatos de mujeres a manos de hombres que están en su entorno. A esto se le ha llamado feminicidio y es un delito muy grave. También existe la violencia de parte de mujeres hacia varones pero esa o es mucho menor y menos grave, o aún no es tan visible. 

El otro es el de la selección de pareja sexual o amorosa (debo decir sexual y amorosa, para apegarme más a muchos usos y costumbres).

En este texto abordaré sólo el segundo, el de la selección. 

Todos te quieren coger

Hablaré con argumentos biologicistas. No porque sean los únicos. Sí pesan mucho, pero cada quién elija del buffet lo que más le agrade. Los elijo porque muchas veces son ignorados y me parece que explican de un modo válido, como no lo había visto antes. La premisa sería: También somos naturaleza.

Todos los varones ven a cierta cantidad de mujeres únicamente como posibles y deseables parejas sexuales. No le harán ninguna propuesta no por falta de ganas, sino porque son educados, cívicos, se puede decir que hasta inteligentes. Si tuviera a mi cargo una menor, una hija, pongamos por caso, le diría llanamente: todos te quieren coger, pero no tengas miedo. La lumbre no quema si conoces cómo funciona. Nomás te informo que existe.

El cerebro humano está especializado en sobrevivir (no en ser feliz, las buenas buenas prácticas son adquiridas). El cerebro masculino está equipadísimo para detectar a mujeres en edad reproductiva. Se puede decir de esta manera o al revés. Las mujeres en edad reproductiva tienen en promedio un atractivo físico, a ojos masculinos, muy superior que en otras etapas de su vida, y este aspecto está vivo y vibrante, como las microondas del horno. Este mecanismo, el del atractivo, ha servido para la conservación de la especie y aún funciona como un imán para que, en teoría, los genes del par más sano, pervivan en las siguientes generaciones.

Pero como una pirámide, los varones con mayor estatus (los que poseen los atributos más apreciados por el grupo) tienen acceso a las más atractivas, es decir, a las más disputadas. Y éstas discriminan entre diversas solicitudes del mercado relacional. Así que si tú eres varón y muy seguido te batean, es porque en este momento de tu vida (es bueno señalar que esto puede ser temporal) tus genes aparecen como atractivos para un nicho de mercado (pero tu desempeño puede resultar atractivo para otro grupo, el pedo es encontrar tu nicho, compa).

Volviendo al tema principal, he notado que las mujeres suelen ser más selectivas para las relaciones, en especial las del largo plazo. Curiosamente existe un halo de discreción en torno a las relaciones de paso. Nuestra cultura, en especial en ciertas regiones de México que son más conservadoras, para ellas la relación sentimental, el vínculo emocional es el tema principal y dentro, posiblemente una relación sexual, pero que queda plenamente justificada. En otras palabras, el ejercicio de la sexualidad es un asunto que corresponde a la intimidad. Y eso mucho más acentuado en las mujeres que en los varones.

*

Sin importar de dónde son ni quiénes sean ellas, cada hombre lleva una lista de mujeres a quien desea sexualmente y solamente eso, no amistad, no aprecio, no vínculo, sólo sexo. Saber que esto es así nos ahorraría muchas sorpresas. No importa si las trata o las trató, si las ve a diario o solo el recuerdo le queda, no importa sin son conocidas, vecinas, compañeras. Puede ser una lista corta o muy amplia y en la enorme mayoría de los casos sabe que están fuera de su alcance debido una lista de razones que sería ocioso mencionar.

Iré más allá: Por otra parte sucede que cierta proporción de varones tendrían sexo casual con una mujer a quien ni siquiera consideran en el mundo, ni si quiera les agrada especialmente (puede ser abiertamente fea), pero que se les atravesó.  



Ajenas, asépticas

 



No puedo sentir confianza de una persona de la que no sé de qué vive, a qué se dedica. También me cuesta conectar con personas que no les gusta ensuciarse de vida, que son "pulcras", asépticas, porque son un poco oscuras. 

Me parecen tan ajenas. 




En contra de los objetos

 

En estos tiempos es bien visto criticar los comportamientos que consideramos nocivos o dañinos de los varones, pero criticar algún comportamiento por parte de las mujeres eso sí es comprometedor, puede acarrear problemas.

Desde mi punto de vista, critico la hipersexualización femenina porque manda un mensaje muy cuestionable: que el principal atributo o virtud de la mujer en cuestión es su valor sexual, su atractivo físico, ese proponerse como deseable mostrando, semimostrando, administrando sus atributos femeninos. Esa belleza es poder, sí, y lo sé y lo saben. Si me lo preguntan, me es agradable. Pero si la conversación acerca de determinada mujer es mencionar lo buena que está, el tema es reducido.

Un amigo me dijo: "Hay mujeres para todo". ¿Qué quiso decir? Sabemos lo que quiso decir. Pero cuestiono lo mismo que cuestionaría una feminista: que las mujeres por el hecho de ser mujeres, tengan un un fin utilitario. Algunas se esfuerzan en actuar conforme a esta línea, pero no estoy de acuerdo.

Respeto y promuevo la libertad individual, el respeto a la libertad individual, de sus actos, pensamientos, usos y costumbres. Solo digo que hay expresiones que refuerzan algo en lo que yo estoy en contra: en que una mujer se convierta sólo en objeto y no en sujeto individual. Los objetos tienen un precio, los sujetos deciden su propio camino.  

A menos que esa postura femenina busque un beneficio o tenga una intención ulterior. 

domingo, 18 de abril de 2021

Amigos y no contactos

 


La primera vez que quedo de verme con alguien, lo hago con muy bajas expectativas. O con ninguna.

La gente suele llegar tarde o cancelar. O mover la hora de último momento. También pasa que no llama cuando dijo, o no responde el teléfono en la fecha y hora en que yo quedé en hablarle. 

No es que me ponga demasiado exigente. Exigente sí. Pero es que el tiempo es lo más valioso que existe y me parece una falta de respeto que las personas sean desconsideradas en este rubro.

Encima que demuestren con denuedo que les importas tres camiones de pepino. Y uno siga ahí.

Desde hace algunos años uno de mis deportes es borrar personas que consumen energía de oquis y que tengo en Facebook, gente que no aporta o a la que ya le agradecí lo que hizo por mí, pero que ahora y desde hace algunos años le soy completamente indiferente.

(No se me malentienda. De entrada yo busco a las personas que deseo cerca, y alimento la práctica de cultivar una relación; si la respuesta es nula, ya es otro cantar.) 

También practico el dudoso placer de borrar, incluso bloquear a personas que una vez me han dejado en visto y pasado un tiempo no me devuelven la llamada o el mensaje.

Y así, me voy quedando con un puñado de amigos que no esconden el gusto que les da que les llame o les mande mensaje (escrito o de voz) al igual que yo me siento profundamente honrado con su amistad. Son gente que quiero un montón, que admiro y a quienes deseo ver en persona y que cada cierto tiempo me manifiestan, nos expresamos mutuamente, el aprecio, cariño y muchas cosas bonitas. Es decir, lo normal entre los amigos o gente que se aprecia. 

Pa qué quiero más. 

Por qué conformarme con menos.