lunes, 5 de mayo de 2014

Seis puntos sobre la fe

Con todos estos temas de la canonización del papa Juan Pablo Segundo y de Juan XXIII, de la película de Obediencia perfecta, de Luis Urquiza, y esos debates que me parecen estériles, pocas veces tengo muy claras:

1) El hecho de que haya dejado de ser católico por allá de mis 20 años, no implica que haya dejado de reflexionar en asuntos de la fe, las iglesias y el papel de algunos religiosos célebres.

2) Muy difícilmente una persona va a abandonar o a sumarse a un credo religioso por motivos puramente "racionales". Por ende no hay argumento válido en sí mismo que puede convencer a nadie de ello.

3) La fe religiosa de cada quien, cuando es arraigada, es algo que está tejida en las fibras más sensibles de un ser humano. Tocarla es equivalente a lastimar, y si no me gusta que me lastimen, no debo tocarla a la ligera.

4) El hecho de que un cura católico haya intentado propasarse conmigo, no significa que todos los curas estén cortados por la misma tijera, pero sí me parece fundamentado que esto me haya hecho sensible a los posibles abusos por parte de adultos que están en un posición privilegiada.

5) La coherencia es un valor alto para mí, pero sólo aplicado a mí. Creo que mi filiación a cualquier creo me obligaría a profundizar y comprometerme en el conocimiento de lo que digo practicar o seguir. De lo contrario estaría "estando a medias".

6) Creo que la fe no es para todos, por el hecho de que no en todos tiene el mismo efecto. En unos los hace mejores personas. Lamentable que una persona tenga una relación enferma, se la viva lamentando, quejándose, pero no tome una decisión. Es enfermo no decidir cuando algo en nuestra relación anda muy mal.



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