domingo, 5 de febrero de 2017

Faro, luz y guía




Tengo meses dándole vueltas a una idea. Creo que debe madurar un poco más pero la semilla llegó con una plática que tuve quizá el último día del 2015 o el primero del 2016. Luego dejó de prosperar.

Ahora esa semilla, en los últimos meses tomó otra forma que tiene que ver con la importancia de antes que nada estar solo, sin vínculos, sin buscar el apego. 

En otro momento hablé de mi sicólogo. La última vez que hablé con él, luego de una serie de varias sesiones de alto impacto (como suelen ser con él) en poco más de un mes, fue muy claro y tocamos este tema. Enseguida, por varios cambios que no pude manejar de forma adecuada, la cosas fijaron otro rumbo. 

En una charla con una amiga, creo que la charla fue en el 2015, llegué a la conclusión que dos conciencias paralelas me han acompañado. Curiosamente una masculina y otra femenina. Esas dos voces han estado conmigo, la masculina es la de mi sicólogo, cuya voz sigue resonando. La otra, la femenina, es una ex con la que estuve como seis años. 

La expresión "faro, luz y guía" me da risa escucharla. La dice un compañero, pero de momento no creo encontrar a un sicólogo más eficaz que el que tengo. Con la otra conciencia lo mismo. Porque más allá del vínculo o los sentimientos, hay personas que destacan también por su forma de ver y actuar en el mundo, por el modo en que se han construido —reconstruido, pues.

Pero volviendo a la semilla, creo que las zonas de confort que duran mucho son malas para la salud, no nos permiten crecer. Yo ya duré mucho así y no quiero eso para mí.

Estoy revisando los planos y lo que construyo no coincide con ellos. Creo que debo recomenzar donde me quedé, si iba bien, me digo a mí mismo.

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