sábado, 13 de agosto de 2016

Relación con nosotros mismos



Nos preocupamos por la relación con nuestros padres, nuestros hijos, nuestra pareja o nuestro vecino, pero solemos descuidar mucho la más importante de todas: la relación con nosotros mismos.
Si realmente trabajáramos en serio en ella, nos conoceríamos mejor, tomaríamos mejores decisiones y seguramente seríamos más felices, solos o acompañados.
Pienso que toda forma nociva, incómoda, tortuosa, violenta, triste de relacionarnos con las otras personas tiene su origen en una manera inadecuada de relacionarnos con nosotros mismos, y eso incluye falta de autoconocimiento, falta de aceptación y dificultades para aceptar lo que hemos sido en el pasado.
A toro pasado no cabe ningún remedio, en todo caso simplemente aprender. De haber regresado a mis sesiones de terapia hace algunos meses, creo que otro gallo me cantara. Ahora, a trabajar con la pedacería, con los retazos, con la triste condición de construirse tras un vendaval, que lo deja a uno como náufrago, pero con todas las posibilidades felices del mundo. Porque esa felicidad es estar avanzando. A chingadazos, pero avanzando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com