jueves, 8 de septiembre de 2016

Matrimonio igualitario



Traen un argüende con eso de las uniones del mismo sexo. Y yo no veo que se pueda realizar un verdadero debate. Para que lo hubiese, tendríamos que tener argumentos serios y medianamente sólidos para confrontarlos. Y los argumentos más sólidos que veo son para el sí. Está bien que cada quien tenga sus creencias, y que éstas se respeten, porque 1) son un derecho 2) son útiles y 3) cohesionan socialmente otorgando una identidad de grupo. Pero no estoy muy seguro que las creencias se deban de trasladar a un ley general, y por ende restrictiva. Encontré hace tiempo un breve video de Bertrand Russell en donde deja un mensaje "para la posteridad". Su consejo en lo intelectual es: "Cuando estés estudiando cualquier tema o considerando cualquier filosofía pregúntate a ti mismo únicamente ¿cuáles son los hechos? y ¿cuál es la verdad que esos hechos revelan? Nunca te dejes desviar ya sea por lo que deseas creer o por lo que te traería beneficio si así fuera creído. Observa única e indudablemente sobre cuáles son los hechos. Eso es en lo intelectual lo que quisiera decir. Lo moral que quisiera decir es muy simple: el amor es sabio, el odio es tonto".
Hay argumentos sociales para que personas del mismo sexo puedan beneficiarse jurídicamente si acceden al matrimonio (también, por cierto, tienen el derecho se echarse la soga al cuello ellos solitos, si ése es su deseo). Y sobre lo recomendable o no de que puedan educar correctamente a unos hijos, veo que las cifras de violencia intrafamiliar provienen principalemente de parejas heterosexuales, casadas o no, que no cuidaron/educaron debidamente a sus hijos. El abuso a menores proviene principalmente de personas allegadas a la familia, sea el padre, el padrastro, la madre, el tío, el vecino. Hay cifras al respecto en cualquier sitio (es decir, hechos). Así que el problema serio es cómo evitar la violencia hacia el interior de las familias y parejas que ya existen. por cierto en su enorme mayoría parejas heterosexuales. "¿Cuáles son los hechos y cuál es la verdad que esos hechos revelan?". Si yo fuera católico estaría en todo derecho de no estar de acuerdo con que personas del mismo sexo se casaran, porque eso no iría seguramente con mis creencias religiosas. A lo que no tengo derecho es a promover que se les prohíba, es decir, a tratar de imponer mi creencia. Y si me preocupara realmente la educación y protección de los menores, debería sentirme moralmente obligado a denunciar cualquier abuso en contra de ellos, así proviniera de mi pareja, del vecino, del novio, del taxista, del sacerdote, del maestro. Sin "creer" que ellos NO serían capaces de infligir un daño a un menor. Sin desviarme, pues, a obtener un beneficio, o en este caso, evitarme un problema," si eso así fuera creído".
No hay debate aquí. Ojalá lo hubiere. Lo que hay son prejuicios. Una relación violenta la puede ejercer cualquier persona. Una vida recta, ética, de amor y compromiso por algo o alguien, la puede llevar a cabo cualquier persona que se lo proponga. Estadísticamente, un 10 por ciento de las personas con las que trato o conozco no caen en la categoría de "heterosexuales". Y de ellos, y no porque lo diga yo, son personas que tienen la misma capacidad (o incapacidad) de educar y comprometerse con otro ser humano que cualquier persona "heterosexual".
¿Ustedes no han visto esto que yo he visto, o "¿cuáles son sus hechos y cuál es la verdad que esos hechos revelan?

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