Ayer que salí a caminar me dio mucha sed, pero no traía lana, sólo mis llaves y una cajetilla a la mitad. Pasé por la Central de Carga y detrás de una reja vi que un bato lavaba un tráiler y estaba una llave abierta. Le pedí permiso para tomar agua y me dijo que sí con una seña. Lo vi como que receloso o tal vez muy ocupado o quizá fastidiado. Le di las gracias y ya para irme saqué la cajetilla y le ofrecí un cigarro. "Me caíste del cielo, compa", me dijo. Y sonrió. Digamos que él me regaló una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com