Le pasó a mi amigo Luis Valdez. Una promotora de tarjetas de crédito lo interceptó. A pesar de las aclaraciones de él, la chava le siguió diciendo por un buen rato su punto de vista, las bondades del banco y los beneficios de la tarjeta. Luego se pasó otros 15 minutos preguntándole sobre sus hábitos de consumo. Pregunta tras pregunta. Todo lo anotaba. Luego de un buen rato, la chava le dijo, como si lamentara algo por él: "Disculpe, pero no podemos recibir su solicitud de crédito", luego, muy digna, se alejó.
Ese es el sentimiento que tengo yo ahorita, pero más triste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com