miércoles, 17 de febrero de 2010

Del amor y otras fantasías

Dos fantasías recurrentes. La primera ya me sucedió más veces de las que hubiese deseado. La segunda sólo parcialmente.



1) Primera. Mi pareja y yo tenemos un idilio de muchos meses juntos. Soñados, plenos. Ya ideamos algunos planes. Un día ella levanta el teléfono y me dice que es mejor terminar. Levanta el teléfono o me manda un correo o se baja del coche o me escribe una carta. Pero la película es la misma, y no la vuelvo a ver por más que la busco. Por quince días con sus noches me observo crecer las uñas de los pies borronándome los cachetes y tratando de encontrar alguna explicación donde no la hay, es decir, en las uñas de mis pies.

Tres o siete o diez años despúes, cuando soy muy feliz con mi mujer, aparece el angelito, mueve una alita, hace ojitos, da señales de vida.



2) Segunda. Mi mujer y yo tenemos ya tiempo juntos. Ya. No viviendo juntos, pues, sólo como pareja. Podemos hacer una lista larga de lo que nos ha pasado. Y decidimos, finalmente, vivir juntos. Pero no deseamos invitar a ningún juez a la casa para que homologue nuestro amor con el amor de la pareja de enfrente y con el que lleva en su diario . Entonces mi mujer y yo decidimos firmar una cartita donde nos decimos una par de cosas que deseamos hacer en pareja, y le ponemos un nombre como Acuerdo de Mayo, o Convenio de La Nube y el Negro, o bien Contrato de amor por un día (hoy), o Trato del 7 del Agosto (convertido con el tiempo simplemente en el 708). Entonces invitamos a cenar a diez o doce amigos muy queridos y les compartimos nuestra alegría de estar juntos.


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Hoy en la noche quería ir a la presentación del libro de un cuate. Quería saludarlo. O quién sabe, ahora que se volvió famoso tal vez tenga compromisos. Yo lo sigo pensando igual de sencillo, igual de honesto. Me enteré que está pasando una etapa que podría cambiar su vida y quería verlo.
Ni hablar, lo seguiré leyendo en las revistas que publica y lo saludaré luego por el facebook.

Uno de mis hijos necesita unas cosas que hay que ir a comprar en la noche que llegue a la casa. Además de días para acá anda irritable, raro...

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He pensado en las formas en que se puede alimentar el amor diariamente.
Dice el doctor Manuel Saravia Oliver:


El amor saludable es compartir una visión de futuro, es ser consciente de los propios juegos de poder y los de la pareja. Es saber atender y conocer las necesidades afectivas del otro. Implica centrarse en lo que funciona y resaltar las cualidades de la pareja y la relación.



2 comentarios:

  1. Lo siento por las de la fantasía #1, han llegado demasiado tarde, jeje.
    Y la fantasía #2, pues hay que trabajar para que se nos cumpla :) Besitos.

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  2. Sí, yo espero que antes que termine el sexenio, jejejejeje.

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