Siempre me han llamado la atención los eufemismos, esas palabras o frases enteras que sustituyen expresiones que pueden sonar agresivas, chocantes, groseras o indiscretas en ciertos contextos.
Una de las que más me llaman la atención es lo que sustituye la palabra "persona".
Ejemplos:
Tu tía Manuela, que cumplió tres años divorciada, descubrió que su exesposo ya tiene otra persona.
Mi prima Juanita perdió con su novio, pero desde hace poco sale con otra persona.
Roberto conoció a otra persona, por eso ya no trata igual a su esposa.
Tal parece que persona significa aquí (me gusta rescatar la palabra aquí, en lugar del mamón acá) un hombre —a veces mujer— pero despojado de sexo, de rostro, de identidad.
¿Por qué sonaría fuerte decir, fulanita conoció a otro hombre?
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