domingo, 22 de enero de 2017

Bacon, el científico



Con más científicos por habitante que casi cualquier ciudad del país, Ensenada concentra una intensa actividad en la producción de conocimiento. En nuestro puerto se investigan desde temas relacionados con la geotermia y fallas geológicas hasta los microorganismos marinos; desde las telecomunicaciones hasta el manejo de áreas naturales, vamos, en Ensenada se estudia desde el movimiento de un electrón hasta el comportamiento de una galaxia, por ello aquí el conocimiento científico es la cosecha permanente de los campos del pensamiento.
Cuando una empresa encuestadora realiza un estudio busca datos verdaderos de una realidad. De una muestra llega a una conclusión medible. Este diagnóstico inductivo obedece a las reglas del método científico. Claro, hay un margen de error que también es calculable.
Dentro de la ciencia el error es una pieza útil para el conocimiento, pues descarta un camino equivocado o falso. Gracias al estudio del error la ciencia avanza. Esta idea sencilla pero fundamental tuvo su germen en la mente del pensador inglés Francis Bacon (quien por cierto nació un 22 de enero).
Si Bacon viviera seguro sería feliz en Ensenada, en especial porque en nuestro puerto se genera conocimiento con una aplicación práctica.
Nuestro pensador inglés era un científico hecho y derecho y además innovador. Nació en 1561 y hasta entonces nadie había cuestionado de manera profunda el pensamiento griego, concretamente a Aristóteles y su lógica.
Saber es poder
Por siglos el conocimiento no era concebido como una herramienta de aplicación práctica, sino que la ciencia era un conocimiento teórico de la realidad. Lo que Bacon se propone es poder cambiar la realidad y mejor la forma de vida de la gente por medio del conocimiento científico, en pocas palabras, concluyó que saber es poder.
Además de sus aportaciones en el campo de la filosofía y de la política, Bacon cuestionó la ciencia aristotélica y su espíritu innovador lo llevó a proponer una nueva forma de concebir la ciencia. ¿Y qué camino siguió? Ideó un nuevo método.
Pero antes, sometió a revisión los errores más comunes que este tipo de conocimiento se encuentra.
Cuatro escollos
Para Bacon, la ciencia debe superar ciertos obstáculos para poder avanzar. Él los llamó ídolos y los dividió en cuatro grupos.
Denominó ídolos de la tribu a aquellos errores cometidos por las inclinaciones naturales del científico. Para él, este error consiste en una tendencia a suponer en la naturaleza un orden mayor al que realmente existe.
Los ídolos de la caverna, por su parte, son los debidos a la educación que recibió el científico. Entre los principales errores estaría preferir exclusivamente la especulación o la experiencia.


Los ídolos del foro o del mercado serían aquellas ideas causadas por las limitaciones que tiene el lenguaje. Bacon menciona por ejemplo el referir con palabras objetos que no existen.
Y por último estarían lo ídolos del teatro. Esta última clasificación tiene relevancia por ser la más radical. Consiste en aceptar un sistema de ideas por el simple hecho de que ese pensamiento es muy antiguo. Aquí es donde Bacon busca romper con el pensamiento griego, específicamente con el pacífico Aristóteles, cuyas ideas por cierto ya tenían casi dos mil años de estar en circulación y había formado una sólida e influyente escuela.
Si Aristóteles enfatizaba en la razón como motor de las ideas y por lo tanto del conocimiento, para Bacon éste proviene de la experiencia, por lo que es necesario atenerse a los hechos comprobables y revisar críticamente las ideas preconcebidas.
Su método
El camino que Bacon ideó fue el método inductivo, que consiste en la observación directa de diversos casos ordenados de la realidad y llegar a una conclusión general.
Entre las virtudes de esta perspectiva se encuentra el hecho de que el conocimiento surge de la realidad, sin embargo, algunos de sus detractores le critican que le reste importancia a la hipótesis y a la deducción.
Más allá de sus posibles limitaciones, las contribuciones del filósofo inglés marcaron la pauta para los empiristas posteriores, incluso sus ideas alimentaron el desarrollo de la Revolución Industrial iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII.
También la idea moderna de “progreso tecnológico” habría sido distinta sin los aportes de Bacon, quien fue el primero en concebir el conocimiento como un proyecto colectivo para mejorar la condición humana. Por ello se le considera como uno de los principales precursores de la revolución científica y su método tiene un lugar fundamental en la historia de la ciencia moderna.

La ciencia según Mario Bunge es un sistema de ideas caracterizado como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable, falible, que es una reconstrucción conceptual del mundo

La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad: Francis Bacon


Fuentes:

Bunge, Mario. La ciencia, su método y su filosofía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco el tiempo que te tomas para dejar un comentario. Mi correo es yadivia@hotmail.com