No se trata de ser renconoroso; de hecho creo no serlo. Pero si algo he aprendido en los últimos ocho o nueve meses es que si una vez hubo alguien que no me trató bien, es mejor no regresar a ese mismo camino. Más bien tomé conciencia de ello.
Antes lo pasaba por alto, lo olvidaba; hoy creo que miro más mi presente y hacia adelante. De los cuatro o cinco casos de personas de las que me había separado en un pasado cercano o lejano y que dijeron esta boca es mía en el 2009, sólo hice una excepción. Y de ahí en adelante esa relación ha ido bastante bien en términos generales. Del resto de personas que han tocado la puerta con intenciones amistosas o quién sabe de cuáles, nada, cero, se acabó el agua de horchata.
No, no se trata de ser renconoroso, simplemente es seguir el consejo que en ocasiones yo mismo he dado: alguien que no te trata bien porque lastimó tu corazón o tu confianza, es mejor dejarlo atrás y no permitirle ya entrada. Nunca más la entrada. No, si de uno depende que se repita.
Joaquín Sabina dice en una de sus canciones: "Ya está marchita la margarita que en el pasado he deshojado yo".
Por cierto, hoy cumple años una amiga de la que hace mucho me separé. Ella ya no existe tal como era. Ni hablar. Hoy iba a escribir algo sobre ella pero todas las relaciones son en presente o no son.
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