martes, 10 de febrero de 2015

Taller literario

Desde hace varias semanas volví a dar talleres de poesía a distancia, por medio del Skype.

Las sesiones están encaminadas a resolver dudas de personas que se están soltando en esto de la escritura. Algunos escriben narrativa, otros piensan en poema, y otros no saben, sólo tiene la inquietud de escribir.

Uno de los puntos más intangibles pero más valiosos del proceso en estas sesiones es ser escuchado, ser escuchado y que se observe con cuidado y seriedad el trabajo de quien está escribiendo. No es común que el coordinador se dé el tiempo de escuchar (a veces son más de 10 los participantes, y el tiempo, cuando mucho, es de dos horas, a veces es de 50 minutos).

Escuchar a la persona que está tratando de darle forma a algo, y escuchar el trabajo que está realizando es básico para poder ayudar. Sin escuchar e intentar comprender, el ponente está conferenciando.

He asistido a talleres literarios desde 1990, en alguno duré tres años, en otros cuatro meses, otros más, como requisito de la escuela, por un semestre. Los coordinadores eran a veces maestros (docentes), en otros casos, docentes y poetas, a veces docentes y críticos literarios, algunos escritores, poetas, en fin.

Qué NO es un taller literario para mí:

No es un lugar en donde el coordinador se la pasa hablando de sí, o de sus múltiples conocimientos y el resto escucha en silencio.
No es un lugar en donde se enseñe teoría literaria (aunque sea necesario abordar el empleo y funcionamiento de las figuras retóricas).
No es una clase de redacción (aunque de paso sí se señalen los errores ortográficos).
No es un lugar de alabanza mutua entre los talleristas o el coordinador.
No es un sitio en donde el coordinador intenta que escriban como le gusta a él, con los temas que le gustan a él y sin las palabras que no le gustan a él.


Qué SÍ es:

Es un espacio de experimentación.
Es un lugar de trabajo (así como son espacios de trabajo las carpinterías).
Es un lugar de ensayar la propia expresión (como son espoacios para ensayar la expresión las clases de canto).
Es un lugar de crítica. No es que se censure el me gusta o no me gusta, pero es mucho más útil para todos los miembros el "sí por qué" y el "no, por qué".


 Qué PUEDE llegar a ser:

Un grupo literario con un probable impacto en la escena literaria local o nacional.
Una mafia de creadores que juzgan a otros grupos.
Un grupúsculo que se empeña a toda costa en obtenter todas las becas o apoyos oficiales.
Un club de amigos que compartirán el resto de su vida una misma pasión.
Un grupo artístico que organice lecturas, presentaciones y que combine o invite a creadores de otras disciplinas para elaborar trabajo en conjunto.
Un grupo que firme manifiestos o comunicados en el ámbito cultural y social.
Un grupo que cree una revista, una editoria o un sitio de internet para la difusión de la literatura.
Un grupo de personas que en un determinado tiempo comience a obtener premios literarios y que sigan reuniéndose.

Volviendo al punto de de ser escuchado, me satisface la labor de orientador, de en varios sentidos ser invisible entre el creador y su obra. En otros casos tratar de sentir y comprender el sentido de sus palabras y lo que hay debajo, ayudarle a levantar la alfombra y mostrarle que debajo del piso de su sala hay un túnel muy antiguo, y que por ese túnel se llega a algo íntimo (a veces duro, a veces dormido) que aún no tiene nombre, pero es algo que tiene que ver con su mundo de vida, con su forma de sentir y con una inquietud personal que quiere tomar forma. Que quiere tomar alguna forma.

Seguiré dando estos talleres por Skype o bien en persona (en la ciudad en la que vivo). Si a alguien le interesa, puede dejarme dicho por medio de un correo electrónico a la dirección yadivia@hormail.com

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