viernes, 10 de julio de 2015

Cómo usar los ojos

Aunque ambas manifestaciones plantean la proyección de emociones a través de imágenes y sonidos, la poesía y el cine desde el punto de vista de sus herramientas están en lados opuestos.

Mientras el cine diseña emociones bastante digeridas que entran principalmente por a vista, la poesía tiene que crear todo solamente con palabras, sin contar que el cine prepara al espectador para que nada lo interrumpa durante dos horas,

Para mí el éxito de un buen poema radica en que pueda ser capaz de hacernos ser parte de una sala de cine y que se nos olvide el mundo. Tanto el cine como la poesía procuran sensibilizar, es decir, hacernos receptivos y receptores de sensaciones, ideas y emociones como si fueran generadas por nosotros mismos.

He estado leyendo el poemario Cómo usar los ojos, de Ana Margarita Ríos-Farjat, y en muchos poemas me he sentido conectado con lo que leo. Si tomamos en cuenta que el soporte de la poesía suele tener muchos andamios, huellas y demás distractores, creo que es un logro de la autora que te haga sentir involucrado y al mismo tiempo ser fiel a sí mismo, que es lo que yo noto en la variedad de temas: viajes, hijos, despedidas, casas de la infancia, el registro es amplio.

Ahora que se publicará uno de los poemas en Postkarte impreso, vuelvo a leer todo el libro y me doy cuenta, ahora hablando de la hechura, que fue tejido a conciencia. Sólo alguien que domina el ritmo y las imágenes puede darle el lujo de apostarle a diversas formas, algunas que parecen clásicas (no versificadas) y otras menos sonoras pero cargadas de imágenes, Vean cómo corren estos versos:

La vida me queda grande
como una camisa cuyas mangas ascienden a mi cuello
y giran en torno a él en una danza submarina
Mi habitación se llena del agua del tiempo
y es la camisa una sábana de peces tras el remolino de los días
y es también la red que los atrapa y los deshace en horas que no secan nunca

Si ven este libro y quieren recorrer con la mirada, nostalgias, tierras lejanas y música en las palabras, les recomiendo este libro.

Por lo pronto repito el texto más breve de todos y que me hizo reíar de sorpresa.

TIGRE

Una vez tuve un tigre
Lo recuerdo y aún tiemblo

Y no de miedo.

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