jueves, 30 de julio de 2015

Escribir para que te quieran

Sí, cierto, muchos escribimos para que nos quieran. Lo he escuchado de labios de una escritora, creo que también aplica un tanto para mí.

No sé si eso sea bueno o no, pero a veces, de vez en cuando, por sorpresa, nos quieren. Es una sensación muy agradable.

Lo más bonito es cuando te recuerdan por lo que escribiste hace cinco, diez, veinte o más años, se plantan ante ti con aire de reto, y te repiten, palabra por palabra, lo que un día les escribiste.

No como reclamo, sino esperando el cambio.

Ni cómo alegar, ni para qué escapar. Me doy cuenta que soy una parte bonita del pasado de alguien, un alguien que besa ese recuerdo y no a mí que ya no existo en este presente.

No sabía que escribía para que me quisieran, pero me dejo querer. Pues qué más. No me gusta contrariar el aroma de las ilusiones.

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